La FIA ha dado a conocer este jueves nuevos datos sobre el accidente sufrido en el último GP de Japón por el francés Jules Bianchi, fallecido el pasado viernes después de permanecer nueve meses en coma.
La federación internacional recoge que la deceleración del coche fue tres veces mayor de lo que se creía. El piloto perdió el control del Marussia a 213 kilómetros por hora y se estrelló a 126, sólo 2,61 segundos después. El impacto se produjo con una fuerza de 254G (254 veces el peso de la persona).
En principio se pensó que Bianchi había sufrido un pico de 92 G, pero la FIA cree que la fuente que tomó esos datos no es fiable: los auriculares del piloto galo se cayeron debido a la fuerza del impacto y no midieron bien.
El bólido quedó bloqueado en un ángulo de 55 grados por debajo la parte trasera de la grúa y la fuerza del impacto fue mayor de lo pensado, por lo que el cráneo quedó aplastado.