El inglés Lewis Hamilton se ha quejado amargamente de su abandono este domingo en Sepang, tras romper el motor de su Mercedes a quince vueltas para el final, y ha apuntado directamente a su equipo.
El tricampeón mundial deja entrever que hay una mano negra en la propia escudería anglo-alemana, pero también asegura que no se va a rendir. "Es muy difícil encontrar cosas positivas más allá del gran trabajo que han hecho mis chicos. Mis preguntas son para Mercedes: hay muchos motores para muchos pilotos y sólo los míos son los que fallan este año. Alguien tiene que darme alguna respuesta porque esto no es aceptable".
"Todo iba bien, tenía un gran ritmo, los neumáticos iban bien, me estaba alejando y de repente todo ha pasado. No me lo podía creer. Hay otros coche que tienen motor Mercedes y sólo el mío ha tenido un fallo", decía un Hamilton que se muestra optimista de cara a la siguiente carrera, el próximo fin de semana en Suzuka. "Voy a intentar reponerme y ponerme de cara al próximo fin de semana", dice.
"Creo que este año ha habido muchas carreras decisivas y ésta ha sido una de ellas. Parece que alguien o algo no quiere que yo gane, pero no me voy a dar por vencido". "El título va en una dirección y no hay nada que pueda hacer en este momento", señala Hamilton en referencia a un Nico Rosberg que le saca ya una ventaja de 23 puntos (288 por 265) en el Mundial de pilotos.