Lewis Hamilton es un hombre de éxito. Rico, muy rico (tiene una fortuna estimada en 334 millones de dólares, según Forbes), estamos ante el piloto que más títulos tiene en el Mundial Fórmula Uno con siete títulos —cuatro de ellos de manera consecutiva entre 2017 y 2020—, además de registrar 103 victorias y 191 podios a lo largo de su carrera.
Según la revista Forbes, el piloto británico de Mercedes, que el pasado 7 de enero cumplió 38 años, gana alrededor de 67 millones de dólares anuales; sólo de Mercedes recibe 45 millones de dólares, bonos incluidos, y los 22 millones restantes provienen de patrocinadores como Monster, Sony, Bose, Puma y Tommy Hilfiger, entre otras firmas.
Pero no todo ha sido siempre de color de rosa en la vida de Hamilton. El piloto inglés, que afronta su decimoséptima temporada en el gran circo, ha confesado, en una entrevista en el podcast On Purpose —que fue grabada en noviembre pero ha salido a la luz este lunes— que en su etapa en el colegio sufría un bullying terrible y que aquellos años fueron "los más traumáticos y difíciles" de su vida.
"A los seis años ya sufría acoso escolar. En ese colegio yo era uno de los tres niños de color y los niños mayores y más fuertes, me acosaban. Me daban constantes golpes, me lanzaban cosas como plátanos, y la gente que utilizaba la palabra con 'N' —nigger; es decir, negro pero de manera despectiva—, se quedaba tan tranquila. La gente te llama mulato y no sabes dónde encajas. Fue difícil para mí", confiesa el piloto.
Hamilton, que nació y se educó en Stevenage (sureste de Inglaterra), recuerda su infancia y juventud con pesar. "Había seis o siete niños negros de un total de 1.200, y a tres de nosotros nos dejaban fuera del despacho del director todo el tiempo. El director nos tenía manía, sobre todo a mí. Sentía que el sistema estaba en mi contra y que yo nadaba a contracorriente. Me reprimí muchas cosas", desvela.
Hamilton se mordía la lengua y no le contaba a sus padres los abusos que sufría. "No me sentía capaz de ir a casa y decirles a mis padres que esos chicos no paraban de decirme la palabra con 'N', o que hoy me habían acosado o pegado en el colegio, no quería que mi padre pensara que no era fuerte", subraya.
El heptacampeón mundial, que sigue siendo el único piloto negro de la F1 en la parrilla actual, y ha creado Mission 44, cuyo objetivo es mejorar la vida de las personas de grupos de exclusión social, e Ignite, una empresa conjunta con su equipo Mercedes para mejorar la diversidad y la inclusión en el automovilismo.
Preguntado por su futuro, Lewis Hamilton reconoce que será "muy duro" cuando deje de competir. "Llevo 30 años haciéndolo. Cuando dejas de hacerlo, ¿qué va a ser igual? Nada va a igualar estar en un circuito, estar en una carrera, estar en la cima de este deporte y estar al frente de la parrilla y esa emoción que siento con ello", confesaba. "Cuando me retire habrá un gran vacío, así que estoy intentando centrarme y encontrar cosas que puedan reemplazarlo y que sean igual de gratificantes", apunta.
Hamilton presentará su nuevo Mercedes el 15 de febrero, antes de la primera prueba de la nueva temporada en Bahréin el 5 de marzo.