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Copa del Rey

El Mallorca hace bueno el resultado de Riazor ante un Dépor sin alma

Los de Caparrós no tuvieron necesidad de arriesgar, y el Deportivo nunca se atrevió, así que la cosa terminó como tenía que terminar: 0-0.

Dos no se pelean si uno no quiere. En el fútbol pasa algo parecido. Si dos equipos se enfrentan y ninguno de ellos quiere atacar, el resultado es obvio: 0-0. Eso es lo que sucedió hoy en el Iberostar Estadi, donde el Mallorca certificó su pase a octavos de final de la Copa del Rey a gracias al resultado de Riazor, 1-1.

Lo de los hombres de Caparrós, vale. Al fin y al cabo, ellos jugaban con el marcador a favor y, aunque siempre es peligroso jugar con fuego, no eran ellos precisamente los que debían arriesgar. Pero lo del Deportivo no tiene perdón... Necesitaba ir a por al menos un gol, y nunca se atrevió. Nunca. Bueno, sí, en los últimos cinco minutos. Demasiado tarde.

Aún así, pudieron llevarse algo más los gallegos cuando en la primera mitad se encontraron con dos regalos defensivos que a punto estuvieron de suponer el 0-1. Un gigante Aouate lo evitó.

En cualquier caso, un encuentro en el que ninguno de los dos sale reforzado de su mala situación en la Liga, y en el que la única lectura positiva la puede hacer el Mallorca: ha pasado a octavos de final, y Nunes y Javi Márquez, dos de los muchos lesionados de larga duración del equipo, han vuelto a jugar noventa minutos. Por ahí puede comenzar la reacción.

El Celta remonta in extremis

Un gol de Roberto Lago en el último segundo de partido y otro de Quique de Lucas en la segunda parte de la prórroga han permitido al Celta firmar una épica remontada ante el Almería en una eliminatoria de la que sale el rival del Real Madrid en octavos de final de la Copa del Rey.

También el Zaragoza ha sufrido para clasificarse, pero ha hecho hacer valer el 1-0 del partido de ida y un tanto de José Mari en Granada, donde ha perdido por 2-1 en un emocionante encuentro.

El conjunto nazarí igualó la eliminatoria en el primer tiempo con un gol de Ighalo y se volcó en el último cuarto de encuentro tras marcar Mainz el 2-1 y quedarse el Zaragoza en inferioridad numérica por la expulsión de Postiga, pero no pudo culminar la remontada por culpa de un inspirado meta argentino Leo Franco, que salvó a los suyos en el tiempo añadido.

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