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Fiasco del separatismo en el partido de la selección catalana

La propia Generalidad ha reconocido que "se esperaban una afluencia mayor" y que había sido un pinchazo.

Se esperaba una gran fiesta independentista. Todo estaba preparado para vivir un nuevo espectáculo separatista catalán en un estadio, el Cornellà-El Prat, que albergaba un nuevo partido de la selección catalana ante Nigeria.

Pero no. Desde el principio se vio que algo no iba del todo bien -más allá de la sorprendente baja de última hora de Víctor Valdés- ante la escasa afluencia de público. Los asistentes la liaron, eso sí, con continuos cánticos de "Puta España" y ondeamientos de banderas independentistas. Pero eran pocos.

Tan pocos, que la propia Generalitat no ha tardado ni 24 horas en afirmar que esperaban "mucha más gente". Así lo ha confirmado Ivan Tibau, secretario general del Deporte de la Generalidad.

"Es cierto, tenemos que ser sinceros, nos esperábamos una afluencia más grande. La cantidad de gente que acudió al estadio no era la que queríamos. Pensábamos que el estadio de Cornellà-El Prat se quedaría pequeño vista la corriente política de los últimos meses".

Tibau también se ha excusado afirmando que hubo unas 3.000 o 4.000 personas que se quedaron sin poder entrar en el estadio por culpa de un atasco.

Pitos a Mas

Los asistentes al choque –que terminó en empate a uno-, no dejaron de cantar consignas políticas, y muy pocas deportivas. Pero ni Artur Mas pudo tener la fiesta en paz. El Presidente de la Generalitat fue silbado por un numeroso grupo de aficionados cuando su nombre fue pronunciado desde megafonía.

Incluso Johan Cruyff, ídolo en Barcelona y en el Barcelona, fue motivo de críticas y silbidos por el hecho de dirigirse en español y no en catalán al público. De nada sirvió que el holandés asegurara que había "sido un honor defender a nuestro país".

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