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Los grandes mazazos en el fútbol europeo

Finales que se escapan en el último segundo, remontadas épicas, noches de ensueño que terminan en tragedia...

Finales que se escapan en el último segundo, remontadas épicas, noches de ensueño que terminan en tragedia...
Kuffour llora tras perder la final de Champions (i), Desio tras caer ante el Liverpool (c) y Pato tras ser eliminado por el Bayern (d).

Lo sufrido ayer por el Málaga en Dortmund no puede tildarse de otra forma que de mazazo. Más allá de que el tanto definitivo sea en fuera de juego, encajar dos goles en el tiempo de añadido cuando se tenían las semifinales al alcance de la mano es un golpe muy duro, que quedará para la posteridad, y del que será muy difícil recuperarse. Pero tampoco es el primero ni, seguramente, el último.

Toni hunde al Getafe

Uno de los más recientes en la memoria del fútbol español es el que sufrió el Getafe en la temporada 2007-08 en los cuartos de final de la Copa de la UEFA. El conjunto de Laudrup se medía a un Bayern de Munich en crecida, ya con Ribery o Schwensteiger más Podolsky o Luca Toni. En Munich, el resultado fue de empate a uno, para sorpresa de todos; en Getafe, otro empate a uno, después de que Ribery marcase para los bávaros en el minuto 88.

De ese modo se llegó a la prórroga, y en un arreón descomunal de los azulones, que estaban con diez, Braulio y Casquero pusieron el 3-1 que parecía sentenciar la eliminatoria. A falta de cinco minutos para el final Luca Toni, tras un grave error de Pato Abbondanzieri, puso el 3-2, y en el último suspiro el italiano estableció el 3-3 definitivo que dejaba fuera al Getafe en la que parecía iba a ser la noche más grande de su historia.

La épica final en la que lloró el Alavés

No fue en el añadido, pero sí en la prórroga, cuando el Alavés cayó derrotado en su primera y única final europea de toda su historia. Era la Copa de la UEFA y el conjunto español, contra todo pronóstico, fue avanzando rondas hasta encontrarse con el Liverpool en Dortmund.

En un partido electrizante, con diversas variaciones en el marcador (2-0, 3-1, 4-3) Jordi Cruyff logró el empate a cuatro en el 89, enviando el choque a la prórroga. Ahí los dos conjuntos trataron de resguardarse, pensando más en no perder que en ganar, pero cuando parecía que se iba a llegar a la tanda de penaltis Delfí Geli en propia puerta dio la victoria al Liverpool, terminando con el sueño del modesto Alavés.

La final más increíble

Aunque si hubo una final inverosímil esa fue la de la Champions League de 1999, disputada en el Camp Nou. En ella se enfrentaban el Manchester United de los Fergie Babes y el Bayern Munich de los Basler, Kahn, Matthaus...

A los seis minutos se adelantaron los germanos, lo que les permitió llevar el control del resto del partido. Incluso, pudo llegar la sentencia por parte de los teutones. Pero se llegó al tiempo de añadido con 1-0 en el marcador, y se vivió la tragedia. En el minuto 91, con Schmeichel subiendo a rematar, Beckham botó un saque de esquina y Sheringham remató a gol. Era el delirio, el empate cuando nadie lo esperaba ya...

Pero eso no iba a ser todo. Porque sólo un minuto después otro saque de esquina terminó en gol, en esta ocasión de Ole Gunnar Solsjkaer. Ese tanto provocó uno de los contrastes más grandes que se han vivido nunca en el fútbol. De un lado, la inmensa alegría de proclamarse campeón de Europa cuando ya parecía una quimera; por el otro, las lágrimas, las tremendas lágrimas, del que ve escapar en segundos el triunfo más grande de toda su carrera.

El gol de Alfonso

No es un mazazo (el derrotado logró clasificarse), ni una competición europea, pero cuando se recuperan este tipo de desenlaces, es inevitable recordar el gol de Alfonso. Seguramente, con decir "el gol de Alfonso", todos tengan la imagen en la cabeza. Pero, por si acaso, lo volvemos a contar.

Eurocopa del 2000. España llega como una de las grandes favoritas, más después de que el Real Madrid acabara de proclamarse campeón de la Champions. Pero la derrota ante Noruega en el debut obliga a los de Camacho a ganar sí o sí a Serbia en el tercer encuentro del grupo para alcanzar los cuartos de final.

Al minuto 90 se llegaba con el resultado de 2-3 para los serbios. Entonces, a los pocos segundos de entrar en el tiempo extra, Mendieta transformaba un penalti cometido sobre Abelardo. Pero hacía falta otro gol. Y es cuando Guardiola metió el balón al área desde el centro del campo, Urzaiz saltó más que nadie para tocarla con la cabeza, y Alfonso enganchó la volea de su vida, para delirio de todos los españoles. Hasta que la selección comenzó a ganarlo todo, esa fue la mayor alegría de la historia reciente. Y qué alegría.

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