El jugador del Sunderland, Phil Bardsley, produjo el escándalo del año de la Premier league inglesa al ser cazado en estado de embriaguez en un casino el pasado sábado, según informa la prensa local. El defensa fue fotografiado tirado en el suelo junto con una infinidad de billetes de 50 libras.
Bardsley, acompañado de otros jugadores de Los gatos negros, salió a celebrar la permanencia matemática de su equipo, que se hizo efectiva después del empate del Wigan de Roberto Martínez. Aunque negó haber bebido, el defensa del Sunderland no fue convocado por Paolo Di Canio para el último partido del equipo esta temporada frente al Tottenham.
El futuro de Bardsley está lejos del Stadium of Light, sobre todo, después de que Paolo Di Canio le criticase duramente durante la rueda de prensa posterior al partido contra los Spurs (0-1). El exdelantero afirmó que el domingo Burdsley ¨"estaba hecho polvo" y que "ni siquiera era capaz de escuchar lo que se le quería decir".
El técnico expresó su malestar ante lo sucedido, al afirmar que "no hay excusas para un comportamiento así ", aunque admitió que sí lo hubiera entendido si el Sunderland habría ganado la Liga de Campeones. El italiano dijo que Bardsley no volvería a jugar en el equipo mientras él fuera el entrenador. Di Canio prometió ser más estricto con los jugadores "a partir de ahora" y anunció que toda la plantilla se esforzaría por "recuperar nuestro profesionalismo".
EL entrenador lamentó que esta polémica dañase la imagen del club, y prometió duras sanciones para todos los miembros de la plantilla que estuvieron en la fiesta del sábado. "Tenemos que respetar la dignidad del club y de nuestros aficionados" añadió el exjugador del West Ham, que afirmó, además, que el club sólo ficharía a jugadores "con un comportamiento ético y profesional".
Para el técnico de Los Gatos Negros "si uno es culpable, tiene que asumir las consecuencias", y en este sentido concluyó que si dependía de él, "estos jugadores no van a seguir en el Sunderland el año que viene".