Este fin de semana veíamos una celebración de Nico Oliveira, delantero del Deportivo, cuando menos curiosa. El portugués sentenciaba el choque al marcar el 2-0 en el tiempo de añadido, y lejos de celebrarlo se encaró con su afición, mandándola callar por unos pitos que había dirigido sobre él tras un fallo anterior.
Pero esa celebración se queda en nada comparada con la del futbolista del Zenit de San Petersburgo Roman Shirokov. El delantero, que marcó el 3-1 en el encuentro, se giró de inmediato hacia su afición y le dedicó dos cortes de manga. Por supuesto, el árbitro lo expulsó.
Un jugador conflictivo
No es la primera historia polémica que tiene a este futbolista como protagonista. Shirokov no llegó a la primera división rusa hasta los 26 años debido a que, cuando su carrera comenzaba a despegar, se dedicó a las apuestas y al alcohol, e incluso llegó a estar en paradero desconocido durante dos meses.
En las últimas semanas, había generado polémica a través de su cuenta de Twitter, donde criticaba a otros equipos, a los dirigentes del fútbol ruso, e incluso a los cuidadores del césped de su propio estadio.