Sandro Rosell, presidente del Barcelona, habló anoche para la Cadena Ser, en una de sus pocas intervenciones para medios nacionales, aunque no varió un ápice su discurso catalanista e independentista.
"El Barça es un club catalán y catalanista, cuyo idioma oficial es el catalán. Cuando estoy en ámbito estatal hablo en castellano, cuando estoy en Cataluña, catalán", afirmó el mandatario azulgrana, quien añadió que "alguien está haciendo un flaco favor a la convivencia de los pueblos".
Curiosamente, Sandro Rosell también aseguró que "no soy político y de política no hablo. En ocasiones se nos recibe de forma que mezclan cosas. Somos un equipo de fútbol", aunque poco después añadiría que "el club, por su carácter democrático, se muestra a favor del derecho a decidir, sólo faltaría".
En otro orden de cosas, el presidente azulgrana afirmó que la relación con Pep Guardiola se había reconducido. "Nos seguimos hablando vía SMS", confesó, y dijo que alguien le había "intoxicado". Además, relató cómo le habían comunicado al de Sampedor que Tito Vilanova sería su sucesor. "Lo supo dos días antes. Antes de saberlo Tito lo supo él. El equipo que dejaba Pep era su obra, y todos pensamos que era la mejor opción, por eso le preguntamos".
Sobre Cruyff, Rosell afirmó que "si no viene al Camp Nou, habrá un sitio más", y también tuvo palabras para Joan Laporta. "Era un conocido con el que compartimos un proyecto fantástico al principio. Amigo, nunca".
El presidente azulgrana negó que tuviese dos procedimientos penales abiertos en Brasil. "No me consta. Tenía un problema administrativo con mi empresa en Brasil que derivó en proceso civil, pero lo gané y está cerrado", y habló también sobre el hecho de que le hubiesen puesto detectives, algo que le causó "tensiones familiares", sobre todo cuando sus hijas fueron conscientes de ello. "No es que me haya sentido perseguido, es que he sido vigilado y lo denuncié. Me pusieron detectives", señaló antes asegurar saber quién se los puso. "Lo sé perfectamente".