Mesut Özil salió este verano del Real Madrid rumbo al Arsenal inglés a cambio de 50 millones de euros. Las voces que criticaron esta operación fueron similares a las que la aplaudieron, aludiendo a que era una cantidad de dinero muy importante para un futbolista que no tenía su puesto asegurado con Carlo Ancelotti.
En Londres, en cambio, se frotaban las manos ante la llegada de un genial futbolista para liderar al equipo en su objetivo de regresar a la senda de los títulos. Ahora, a mitad de temporada y cuando las cosas empiezan a decidirse, Mesut Özil es el centro de todas las miradas en un curso que apunta, de nuevo, a decepcionante.
Todas las voces críticas se han centrado en el alemán, a quien culpan del mal momento de los de Wenger. Le achacan que, con el precio que costó, debería echarse el equipo a las espaldas, en lugar de aparecer de manera intermitente –aunque brillante-, demasiado con cuentagotas.
Ayer se repitió la historia. Özil fue sustituido en el descanso del duelo ante el Bayern de Munich, víctima de unas molestias musculares. Pero poco había hecho durante la primera mitad en el Allianz. La portada del Mirror no podía ser más clara: "Özil y fuera. El Gunner de 50 millones vuelve a fracasar otra pobre noche europea". La culpa era de Özil, otra vez.
Y decimos otra vez porque no es la primera vez que sucede. "Özil, un fracaso de 50 millones de euros" fue la portada del The Sun después de que el Arsenal cayera derrotado por 5-1 en su visita al Liverpool. Más allá fue el Daily Mail, quien vestía en portada al alemán con gorro y camiseta a rayas bajo el titular "¿Dónde está Wally?".
También han aparecido críticas en público de sus compañeros de equipo. Nadie discute su calidad, innegable; pero sí cuestionan su actitud y su capacidad de sacrificio. Ahora estará varias semanas de baja por lesión. Seguro que las críticas no aminorarán.