Caos circulatorio, malestar social, estadios inacabados...demasiados flecos sueltos y escaso tiempo para solucionarlo. El jueves 12 de junio arranca el Mundial de Brasil, una competición que, si no se resuelve a tiempo, provocará más ruido fuera que dentro de los estadios.
La falta de instalaciones eléctricas o la colocación de los asientos en las gradas son algunas de las carencias que presentan varios estadios, aunque desde la FIFA dicen que "es normal". "Parece que hay muchas obras en curso. Yo diría que es muy normal. Y que es más normal cuando consideras que los estadios fueron entregados tarde. No tenemos temores sobre los próximos días", aseguró Jerome Valcke, secretario general de este organismo.
Curiosamente, el escenario de la inauguración está aún sin terminar. El estadio Arena Corinthians de Sao Paulo pasó hace una semana el segundo y último test oficial y los resultados están lejos de ser satisfactorios. La tribuna con un aforo para diez mil personas está incompleta y otra de las gradas también presenta desperfectos. Se trabaja a marchas forzadas, pero se teme que no se llegue a tiempo.
Pero no sólo ocurre en Sao Paulo. Además, están inacabados otros cuatro recintos: Curitiba, Cuiabá, Porto Alegre y Natal. Los mismos organizadores van confirmando las sospechas. "Cuando uno lidia con un evento tan grande como la Copa del Mundo, no hay forma en la que puedas poner un diploma en la muralla que diga que estás listo. Tienes que estar preparado cada día. Todos deben estar trabajando las 24 horas. Hemos hecho todo dentro de nuestra capacidad para que las cosas queden lo más cerca posible de estar listas", dijo Aldo Rebelo, ministro de Deportes de Brasil.
Ciudades colapsadas
Pero por encima de los problemas de las sedes preocupa el caos circulatorio y las protestas ciudadanas. Medios locales, como el Folha de Sao Paulo, denuncian que los aeropuertos de once de las doce sedes presentan fallos o están inacabados, y en algunos casos, los pasajeros deben andar sobre tierra porque no está listo el pavimento, como ocurre en las ciudades de Confins, al sureste, y Manaus, al noroeste.
Mal está el cielo y peor el asfalto. Media ciudad de Sao Paulo volvió a quedar paralizada esta semana tras una nueva huelga de los trabajadores de metro. Se llegó a registrar un atasco récord de 209 kilómetros en sus calles, que afectó a los propios organizadores del campeonato. "¡Bienvenidos al país del atasco!", aseguró Jacques Anouma, presidente de la Federación de Fútbol de Costa de Marfil y miembro de la FIFA; o "Tardé dos horas y media del aeropuerto al hotel", dicho por Michel Platini.
Los conductores del metro no son los únicos en convocar parones. Ya lo hicieron la policía, los profesores y los conductores de autobuses y no se ha llegado a un acuerdo que evite que se repitan durante la celebración del Mundial. De hecho, amenazan con repetirlos en esas fechas como medida de presión.
Ejército en las calles
Reclaman un aumento de sueldo y no ayuda a calmar la situación el conocer cifras sobre el coste de algunas de estas sedes. Por ejemplo, el estadio Mané Garrincha de Brasilia, está entre los tres más caros del mundo, solo superado por Wembley en Inglaterra y el Stade de Suisse suizo, según los datos ofrecidos por una consultora brasileña. El recinto brasileño supuso una inversión de 830 millones de dólares.
El gobierno movilizará a 157.000 policías y soldados de las tres fuerzas armadas para vigilar las doce sedes del campeonato. Joseph Blatter pide el respaldo de los ciudadanos para que Brasil 2014 sea un éxito. "El apoyo de la población es muy importante y tengo la seguridad que eso sucederá después del puntapié inicial", aseguró. "Es fútbol es un movimiento social en el que todo el mundo entra en ritmo".
Estado de emergencia por inundaciones
Manaos, la mayor ciudad de Brasil en la Amazonía, se encuentra en estado de emergencia desde el 26 de mayo debido a la crecida del río Negro, una situación que, según el Servicio Geológico Nacional, se mantendrá hasta mediados de junio.
El aumento del caudal de este río tiene en vilo a los habitantes de la ciudad. Una quincena de barrios se han visto afectados por las inundaciones.