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Mundial de Básket 2014

Dos fracasos mundiales y dos seleccionadores contra las cuerdas

Las selecciones de fútbol y baloncesto partían como grandes favoritos a ser campeonas del mundo, pero cayeron con estrépito.

Las selecciones de fútbol y baloncesto partían como grandes favoritos a ser campeonas del mundo, pero cayeron con estrépito.
Vicente del Bosque y Juan Antonio Orenga. | Libertad Digital

Exceso de confianza, unos jugadores relajados y faltos de motivación, una cuestionada gestión de las plantillas y un seleccionador en el centro del debate. La historia este verano se ha repetido casi calcada con las selecciones españolas de fútbol y baloncesto con una diferencia de tres meses. Ambos conjuntos aspiraban al título y la decepción de una eliminación prematura ha cortado sus caminos en el Mundial de Fútbol de Brasil y el Mundial de Baloncesto de España.

Excusas, críticas y argumentos parecen haberse repetido en ambos casos en los que se dibuja un panorama de futuro difuso. Aunque tanto en fútbol como en baloncesto se puede hablar de fracaso rotundo, existen algunas similitudes en el verano para olvidar de los dos grandes deportes españoles.

La selección española de fútbol aterrizó en Brasil con el título de campeones del mundo conseguido en Sudáfrica. El equipo de Vicente del Bosque era el gran favorito a revalidar el trofeo después de haber ganado además las dos últimas Eurocopas. Sin embargo, el combinado nacional fracasó con estrépito después de ser goleado en el primer partido ante Holanda y caer contra Chile en el segundo encuentro, lo que lo dejó fuera del torneo y de vuelta a casa a las primeras de cambio.

Relevo generacional

La eliminación puso fin a una generación extraordinaria de futbolistas y abrió el debate sobre Vicente del Bosque, que no se atrevió a dar el paso antes del Mundial y no supo gestionar con acierto el trabajo de una plantilla mermada físicamente y desmotivada. El seleccionador se situó en el punto de mira de los aficionados, que han reclamado un cambio en el banquillo para iniciar un nuevo proyecto. Sin embargo, el salmantino ha preferido continuar en el cargo, apoyado por la Federación, y seguirá al menos hasta la Eurocopa de Francia 2016.

Y si cuestionado está Del Bosque, la situación de Juan Antonio Orenga es aún más complicada en el banquillo de la selección española de baloncesto. España llegaba a su mundial con el optimismo desbordado. Por primera vez, se veían capaces de poder derrotar a una selección de Estados Unidos que llegaba sin sus mejores estrellas. Con todos los jugadores que participan en la NBA disponibles, Orenga contaba con la mejor selección de los últimos años. Era la oportunidad perfecta para poner el broche de oro a una generación inolvidable para el baloncesto español.

Y los primeros partidos dejaron la mejor de las sensaciones. Victorias arrolladoras con grandes diferencias, antes de empezar a afrontar los cruces para pelear por las medallas. Y ahí se torció todo. España cayó en el cruce de cuartos de final contra una Francia mermada por las bajas. El equipo, incapaz de sobreponerse al pésimo porcentaje de acierto en el lanzamiento exterior y lastrado por su incapacidad en el rebote, sucumbió ante los galos. Todas las miradas se dirigieron hacia un hombre, Juan Antonio Orenga.

El seleccionador fue incapaz de cambiar el rumbo del choque ante Francia y algunos jugadores, como Juan Carlos Navarro, alzaron la voz tras el partido para asegurar que no se había preparado bien el encuentro. El técnico tuvo que escuchar cómo un sector importante de la grada gritó "Orenga dimisión" y su puesto quedó en el aire. Al igual que Del Bosque, ha afirmado que su primera intención es seguir y ha recibido el apoyo de la Federación para liderar el relevo generacional del baloncesto.

España tiene dos años para recuperarse de dos batacazos que tardarán mucho tiempo en olvidarse.

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