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José Luis Llorente, sobre la plata en Los Ángeles'84: “Sabíamos que no íbamos a ganar, así que fuimos de 'fiestuqui'"

El mítico base del Real Madrid y de la selección española repasa su carrera en una entrevista a Libertad Digital.

Hablar de la familia Llorente Gento es hablar de deporte en España. Cuatro hermanos, baloncestistas los dos mayores (José Luis y Toñín) y futbolistas los pequeños (Paco y Julio). Con un gran referente como su tío Paco Gento, el único futbolista que tiene seis Copas de Europa en su palmarés. En aquella familia se respiraba –se respira y se respirará– deporte por los cuatro costados.

José Luis Llorente Gento (Valladolid, 6 de enero de 1959) pronto empezó a destacar en el deporte de la canasta, después de haber hecho una primera intentona en el balompié. Pronto supo José Luis que lo suyo era el basket y, tras haber hecho sus pinitos en el colegio -primero en su Pucela natal y luego en la capital de España-, ingresó en el filial del Real Madrid, el mítico Tempus. Con ese equipo, junto a los Indio Díaz, Del Corral y Romay, entre otros, le clavó 33 puntos al primer equipo blanco para liderar la clasificación para la final de la Copa del Rey en 1979, aunque en la cita decisiva de Pamplona se acabarían topando con el Barça de Epi, Solozábal y Chicho Sibilio.

No tardó el joven José Luis en dar el salto al primer equipo madridista. Y allí, a las órdenes de Lolo Sainz, coincidió con grandes estrellas de la canasta como Corbalán, Rullán, Brabender, Querejeta y Walter Szczerbiak. Y fue precisamente el americano quien le puso a José Luis, que entonces tenía 20 años, el sobrenombre de Joe. En su primera campaña en el Madrid (1979-80), Llorente empezaría a saborear las mieles del éxito ganando la Copa de Europa en Berlín ante el Maccabi de Tel Aviv.

Los triunfos continuaron para Joe, que en 1983 no consiguió llegar a un acuerdo con el club para su renovación y decidió cambiar de aires, fichando por el Cajamadrid. Con el equipo cajista firmó el joven base una campaña espectacular que le abrió las puertas de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles'84. Un torneo de ensueño para la selección española de Díaz Miguel, que derrotó a la potente Yugoslavia en semifinales y se colgó la medalla de plata tras perder la final contra el equipo estadounidense de un tal Michael Jordan. Un equipazo también el de España, el segundo mejor que ha dado el deporte de la canasta en nuestro país con los Corbalán, Solozábal, Epi, Iturriaga, Andrés Jiménez, Fernando Martín, Romay... y, por supuesto, Joe Llorente.

Después del Cajamadrid, el base vallisoletano fichó por el CAI Zaragoza y, cuatro años después, logró volver al Real Madrid pese a aquella "regla no escrita" –según cuenta él mismo– de que "si te ibas no volvías". "Y se cumplía", dice. Pero lo cierto es que Joe volvió al Madrid, gracias entre otras cosas a la mediación de un Raimundo Saporta con quien mantenía buena relación y, en su segunda etapa de blanco (1987-1992), conquistó varios títulos más, como dos Recopas de Europa –la de 1989 frente al Snaidero Caserta, con aquella exhibición de Drazen Petrovic (62 puntos) , y la de 1992 ante el PAOK Salónica, con el robo de Ricky Brown a Fasoulas en el último segundo– y una Copa Korac –la única que tiene el club en su palmarés–.

Llegaron años difíciles para el Madrid en la sección de baloncesto con la marcha de Petrovic y la posterior de George Karl, pero sobre todo con tres muertes como las de Fernando Martín, uno de los preparadores físicos del club y el hijo mayor de Rafa Rullán. Eran los últimos años de blanco de Joe Llorente, que en 1992 fichó por el Andorra, donde compartió vestuario con su hermano Toñín, y acabó su carrera en la temporada 96-97 en las filas del Fuenlabrada. En total, 14 años en la ACB, con un total de 474 partidos, 13.800 minutos (29 de media), 4.403 puntos y 1.772 asistencias. Unos números que, desde luego, no están al alcance de cualquiera.

En 1997 se licenció en Derecho y ya para entonces era presidente de la Asociación de Baloncestistas Profesionales (ABP), cargo que ha ejercido durante los últimos veinte años hasta que el pasado mes de marzo cedió el testigo a Alfonso Reyes, otro mítico de la canasta blanca.

Viendo ahora los toros desde la barrera –y siguiendo con especial atención las evoluciones de su hijo Sergio, que triunfa en la Adecco Oro con el Palma Air Europa–, José Luis Llorente repasa su dilatada carrera y la actualidad del baloncesto español en una entrevista a Libertad Digital, cuyos redactores son recibidos en un despacho que el exjugador tiene relativamente cerca del corazón financiero de Madrid.

Una delicia poder escuchar a Joe Llorente, una de las voces más autorizadas del panorama baloncestístico de nuestro país.

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