Y después de 22 victorias consecutivas, llegaron las dos derrotas consecutivas. Dos partidos que han revitalizado a Valencia y Atlético de Madrid y que han hecho daño al Real Madrid y, después del partido en el Calderón, al técnico Carlo Ancelotti.
Pese al crédito de sobra que se ha ganado por su gran 2014, el técnico italiano debe recibir su dosis de crítica. Decía Ancelotti en la previa del partido que entendía a Luis Enrique con la suplencia de Messi. Le entiende y le copia porque Cristiano Ronaldo no puede estar en el banquillo casi nunca, y menos ante el Atlético. Lo mismo sucede con Dani Carvajal, que no debería ser suplente por Arbeloa salvo lesión o sanción. Simeone también se arriesgó a la crítica, a que se dudara de él y de que tirara la Copa porque salió de inicio con Gámez, el canterano Lucas o Saúl... pero el Atlético, da igual cómo se vista, es el mismo, un equipo correoso y batallador hasta el final. Ganarle es complicado, jugar bien ante ellos, misión imposible. Y más para el Real Madrid, equipo al que los colchoneros le han tomado la medida.
Penalti absurdo de Sergio Ramos
El jugador más decisivo del encuentro fue Sergio Ramos. Excelente en Múnich, en Lisboa o en Marrakech, pero horrible esta noche en el Calderón. Con el partido empatado y más o menos controlado por parte del Real Madrid, cometió un penalti de infantiles al agarrar a Raúl García, un jugador siempre utilizado por Simeone ante los blancos porque no hay partido en el que no les saque de quicio. En este sentido, es el Diego Costa de esta temporada. El penalti en el minuto 57 acabó con el 1-0 que marcó el propio Raúl y con el buen partido que hasta entonces estaba haciendo el Madrid.
Aunque el primer gol lo marcó Oblak a los 45 segundos, cuando Ramos pudo cambiarlo todo. Su actuación, el partido, la eliminatoria... el sevillano remató de cabeza un córner que el portero esloveno salvó con mérito. No porque la parada fuera excelente, sino porque venía de no parar un balón ni al arcoíris.
El partido comenzó como se esperaba, con el guión previsto hasta ese penalti de Ramos. Con el Real Madrid dominando, con posesiones largas pero con transiciones demasiadas lentas para una defensa rojiblanca tan bien ordenada. Y con un Atlético esperando, tranquilo a un contraataque que nunca llegó.
Clos Gómez, permisivo con el Atlético
El guión esperado -al menos en el Real Madrid- también tenía como actor secundario, con ansias de principal, al árbitro Clos Gómez. El colegiado aragonés está entre los non gratos del Madrid, y por algo es. La primera parte fue parecida a la de Mestalla, con el rival del Madrid parando el juego a base de patadas que nunca fueron castigadas con su precio justo: la amarilla. Los primeros 45 minutos terminaron con dos tarjetas para el Madrid, ninguna para el Atlético. Así es imposible que los blancos igualen la intensidad de sus oponentes. Basta ya de hablar de intensidad cuando en realidad queremos decir agresividad. Dar una patada adrede, golpear en la cara a un jugador como hace Raúl García a Khedira, no poder ser regateado sin recibir un toquecito... eso no es intesidad, es agresividad. Es parte del fútbol, pero el árbitro no debe permitir esto. La imagen de James Rodríguez tirado en el suelo, desesperado, lo dice todo. Y en este saco, se mete él solo Arbeloa con una agresión en la segunda mitad sobre Gabi.
Ocasiones hubo pocas en todo el partido. Ramos en el primer minuto, Griezmann -a quien Varane le robó un balón como a Cesc Fábregas hace un par de temporadas, un disparo de Benzema y el gol de Giménez en los últimos minutos de la segunda parte. Si, de córner. Y sí, vuelve a fallar Ramos para completar un nefasto partido. Y es que en un partido con pocas oportunidades, el Atlético se mueve como pez en el agua porque siempre tiene el balón parado. Por cierto, ya van dos goles encajados de saque de esquina en los dos últimos partidos del Real Madrid.
El 'Niño' ya es uno más
Al Madrid le faltaron muchas cosas para ganar. Principalmente velocidad y profundidad, y también que algunos jugadores vuelvan a su mejor estado de forma. Principalmente dos jugadores: Bale, que no funcionó sin el protagonismo de Ronaldo, y Kroos, que estuvo horrible. Parece que está en ese parón de invierno de Alemania. Estuvo tan impreciso el germano que hasta Marcelo sacó un córner en los últimos minutos.
En el Atlético de Madrid brilló el conjunto, como casi siempre. Fernando Torres lo intentó en su debut, pero no le salieron las cosas. Cayó en muchos fueras de juego y no consiguió regatear a nadie, pero seguro que convenció a Simeone porque defendió tanto como un central y tuvo la actitud que nunca ha demostrado en anteriores etapas. Ha asimilado rápido lo que se espera de él.
La eliminatoria está prácticamente cerrada, aunque como ha demostrado el Real Madrid en estos meses, este equipo es capaz de lo mejor y de lo peor. Aunque ante el Atlético, salvo en la Champions, siempre suelen dar la de arena.
Ficha técnica
Atlético de Madrid, 2: Oblak; Gámez, Giménez, Godín, Lucas; Mario Suárez; Raúl García, Gabi, Saúl (Arda Turan, m.67); Griezmann (Mandzukic, m.74) y Fernando Torres (Koke, m.59)
Real Madrid, 0: Keylor Navas; Arbeloa (Carvajal, m.83), Ramos, Varane, Marcelo; Khedira, Kroos, Isco, James (Cristiano Ronaldo, m.63); Benzema (Jesé, m.74) y Bale.
Goles: 1-0, m.58: Raúl García, de penalti; 2-0, m.76: Giménez
Árbitro: Clos Gómez (Comité Aragonés). Amonestó a Gámez (m.61), Griezmann (m.65), Gabi (m.73) y Godín (m.87), del Atlético de Madrid; y a Marcelo (m.27), Khedira (m.31) y Ramos (m.57), del Real Madrid
Incidencias: Partido de ida de octavos de final de la Copa del Rey, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 51.000 espectadores