Sin Godín, sin Koke, con el cansancio de un mes duro, pero con Griezmann como guía. Así ganó el Atlético de Madrid a un Rayo Vallecano que ofreció la versión más gris de su estilo. Los tres tantos rojiblancos tuvieron ayuda rival, Griezmann fue protagonista en todos ellos y sobre el ‘7’ colchonero se cimentó la victoria atlética.
El Rayo es capaz de lo mejor y de lo peor sobre un terreno de juego con la apuesta de Paco Jémez y el Atlético vivió, sobre todo en los primeros 45 minutos, las dos versiones. El trivote de Simeone con Mario, Gabi y Tiago por detrás de Arda, Griezmann y Mandzukic ahogó la salida de balón del Rayo esperando un error visitante para abrir la lata. Sólo tardó once minutos en llegar ese primer tanto. Ze Castro le regala el balón a Griezmann que enfila el camino hacia el gol y define a la perfección ante Toño. Regalo y 1-0, fácil para el Atlético, horrible para el Rayo.
Tras el tanto, mismo escenario. El equipo de Jémez tocaba, pero sin profundidad y lo más preocupante, seguía sin dar ningún atisbo de seguridad atrás. Ante ese panorama, uno de los peores enemigos que puedes tener enfrente es el Atlético de Madrid y justo después de un cabezazo peligroso de Manucho llegó el segundo de los locales en el 21’. Mandzukic peinó y Griezmann, otra vez con mucha ventaja y sólo, volvió a demostrar su calidad controlando el balón y marcando con mucha clase. El francés vale oro y el Calderón, ovación incluida, lo sabe.
Era imposible que las cosas le salieran mejor al Atlético de Madrid, regalo y gol, regalo y gol, pero a partir de ahí y con todo a favor, el equipo de Simeone se complicó la vida y desapareció por completo. El Rayo fue más intenso, el Atlético no agobiaba tanto en la presión y llegó el 2-1. Error rojiblanco en campo propio que finalizó Trashorras con un gran disparo, limpio y preciso, que dejó a Moyá en el suelo y sin opciones de llegar al esférico. El partido, al menos en ese momento, pareció no haber acabado antes de tiempo.
El tanto del Rayo cambiaba el guión y dejaba todo en el aire para una segunda mitad que arrancó con más velocidad por parte del Atlético. No le quedaba otra a los rojiblancos que buscar el 3-1 cuanto antes para dos cosas, cerrar el choque y no gastar demasiadas energías de cara a la Copa. Dicho y hecho por parte local y, otra vez, con ayuda vecina. Un equipo experto en jugadas a balón parado ya de primeras es peligroso, pero si el contrario pone a su servicio otro rematador, la cosa se complica aún más. Asistencia de córner de Griezmann y remate de Manucho. Tres goles, tres apariciones del francés y tres regalos. Fin del asunto.
El Atlético no pecó en los siguientes minutos de la misma relajación que tuvo tras el 2-0 aunque sí volvió a bajar el ritmo. Con el partido ante el Barcelona en el horizonte y como ya hacía la temporada pasada, el conjunto del Cholo contemporizó sus recursos y, sin conceder demasiadas opciones de peligro, supo administrar fuerzas.
El Rayo Vallecano ya con hombres como Pozuelo o Bueno en el campo buscó un gol que le metiese en el partido, pero dispuso de pocas opciones y las que tuvo fueron balas de fogueo. Las entradas de Fernando Torres y Raúl García por Mandzukic y Arda obligaron a su rival a no perder de vista las contras lo que terminó de fulminar al Rayo. Aparte de los dos refuerzos en ataque, Griezmann seguía por ahí y sólo el palo evitó una jugada de fantasía del francés. Carrera, regate, gol… El ‘7’ es una bendición para el Cholo.
Con el pitido final, poco después de un mano a mano que falló Torres, ya sólo le queda al Atlético pensar en el Barcelona porque los deberes en Liga los hizo con eficacia.