Mauro Icardi ya es conocido por lo ocurrido con su 'amigo' Maxi López, al que le robó la mujer y los hijos. Últimamente, su nombre aparece más por temas extradeportivos que por sus méritos futbolísticos, a pesar de ser el máximo goleador de su equipo, el Inter de Milán, con 11 goles.
Pero el conjunto neroazurro no está pasando por su mejor momento, ya que es 13º en liga, a ocho puntos de Europa y trece de la Champions. Una campaña más floja de lo normal y que ha tenido su punto culmen este pasado fin de semana cuando perdieron 3-1 con el Sassuolo.
Tras esa derrota, el argentino, autor de único gol de su equipo, se acercó al fondo donde estaban los aficionados del Inter. Les regaló una camiseta en agradecimiento por haberles acompañado. Pero los tifosi del Inter no estaban para regalos y se la devolvieron con claras muestras de enfado.
Eso no le gustó al delantero argentino que se enfadó y se encaró con la grada. Llegó el colombiano Fredy Guarín para poner paz, pero también terminó encarándose con la grada en una discusión más dialéctica, donde los gestos y los silbidos era lo que más se apreciaba.
Un gesto que no le gustó a su técnico, Roberto Mancini, que tras el partido dijo que "a veces hay desencuentros entre los hinchas y el equipo, pero espero que se resuelva pronto la situación porque necesitamos a nuestros hinchas".
Pero ese toque de atención de su entrenador ha ido a más, ya que Icardi ha sido castigado donde más le puede doler, en su sueldo. Y es que el conjunto neroazzurro le descontará un 30% de su suelo en este mes. Y además, ya parece que podrían estar pensando en venderlo, puesto que Lavezzi suena para sustituirle.