Los futbolistas más díscolos

Desobedientes, rebeldes, enfrentados con la autoridad... en definitiva, futbolistas díscolos. Los hay, y muchos. Aquí una galería con los más conocidos.

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El nuevo Ronaldo, decían. Pero desde hace una década entró en una espiral negativa llena de capítulos donde hay adicciones, orgías, obesidad (llegó a pesar 115 kilos), indisciplina y bajo rendimiento deportivo. Incluso ha sido acusado de narcotráfico y asociación con traficantes.

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0 goles en liga, uno en Champions y otro en Copa. Su periplo red apunta a finalizado. "No tiene ganas de trabajar ni de correr", dicen desde Milán. Y no le quieren en la selección por falta de compromisos. En los últimos meses ha realizado comentarios racistas. Siempre llama la atención por lo extradeportivo. Como cuando quemó su casa de Manchester hace años mientras jugaba con fuegos artificiales.

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¿Quién no recuerda esta famosa patada a un aficionado del Crystal Palace, allá por 1995? Y no es único incidente. En 2004, ya retirado y dedicado al fútbol playa, se enfrentó con aficionados en Mallorca cuando jugaba con su selección contra España. Les tiró sillas y subió a la grada a pegarse.

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Caprichoso y egoísta. Tanto que si le dicen que no va a jugar el próximo partido, no se presenta a entrenar con su equipo, como hizo en el 2002 con la Roma. Pero su época más díscola fue en el Madrid, al que llegó con 23 años. "Sexo y comida, la noche perfecta", resumió en un libro autobiográfico. El se acostaba con mujeres en el hotel en el que estaba y a la mañana siguiente un camarero le traía croissants para desayunar y se llevaba a las chicas. Lógico que acabara algo pasado de kilos.

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Una zurda que podría haber llegado lejos. Más que esa botella (en la imagen) que le lanza al árbitro Clos Gómez al terminar un Granada - Real Madrid que le valió tres meses de sanción. Pero su último caso ha sido el peor, ya que fue pillado en un control antidopaje por phaber consumido cocaína. "Estaba en casa con unos amigos. Había bebido y así no podía entrenar. Consumí cocaína porque quería entrenar". Y una carrera tirada por la borda.

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Su última ocurrencia ha sido hace unos días, con su nuevo equipo, la Sampdoria. Tras caer 5-1 con la Juventus, su técnico, Mihajlovic, programó doble sesión de entrenamiento. Y él se negó. Sólo llevaba un día en el equipo. Pero en el recuerdo están aquellos enfrentamientos con Luis Aragonés, cuando éste le cogió de la 'pechera'. O enfrentándose con sus compañeros de selección porque decía que no le pasaban la pelota; o con los dirigentes de su federación (15 partidos de sanción). Y en el Barcelona, Guardiola no lo quería por "falta de feeling", ya que poco antes había atacado a Ronaldinho y Rijkaard, al que llamó "mala persona".

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Su clase no bastaba. Tenía que llamar la atención de alguna forma y por ello es más recordado. En el 99, con la camiseta del Liverpool, tras marcar un gol al Everton en el derbi de Merseyside, se fue a la línea de fondo. Se tiró a suelo y simuló que esnifaba una raya de cocaína, en respuesta a los fans del Everton que lo acusaban de tomar drogas. En contraposición, años antes le dijo a un árbitro que no le habían hecho penalti. Ya estaba señalado pero lo tiró fuera, cuando el rival era el Arsenal y el portero, David Seaman.

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El alcohol y el nombre de Gascoigne, lamentablemente, han ido de la mano. Siendo futbolista, con su clase, podía disimularlo. Una vez retirado, los excesos han ido a más. Tanto que el alcohol ha dejado esta imagen suya irreconocible, muy demacrado y delgado. Eso, y su temperamental carácter en el campo.

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"El que no me crea, que se vaya a recoger amapolas al campo", dijo en una rueda de prensa, después de dos meses de baja. O el "paletos" con el que insultó a la afición del Villarreal. Sus salidas nocturnas y su desgana tanto en entrenamientos como en partidos, evitaron que estallara lo que Ramón Calderón llamó "eterna promesa de 30 años".

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Día a día deja nuevas perlas. Como la de la imagen, enfrentándose a un árbitro que le reclama y él se queda parado hasta que éste se acerca; o cuando sale a zona mixta liderando a sus compañeros del PSG y pidiendo que nadie hable con la prensa. En el Milán criticó a los brasileños y se peleó con Onyewu. Pero raro es el equipo en el que está tranquilo: Inter, Juventus, Barcelona... Guardiola era para él el "filósofo".

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Amigo de Maxi López...hasta que le quitó la mujer y los hijos. Y no contento con ello, decidió regodearse en las redes sociales con fotos de una mano haciendo el gesto de los cuernos o con los hijos de Maxi con la camiseta del Inter con el nombre de Icardi. Pero el último episodio ha llegado este pasado fin de semana, cuando acabó enfrentándose con los tifosi del Inter tras caer con el Sassuolo. Multa económico y odio de su afición.

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El "bad boy" inglés tiene para todos. "Thiago Silva es un transexual con peso"; "Neymar es el Justin Bieber del fútbol"; "Beckahm es una estrella fuera del campo"; o en referencia a Margaret Thatcher, dijo tras su fallecimiento: "si el cielo existe, esa vieja bruja no estará allí...". Un angelito que a través de twitter ha encontrado su altavoz. Incluso en esta red social contó como fue la amenaza de muerte que recibió.

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Drogas, alcohol, prostitutas, líos con el fisco italiano, peleas dentro y fuera de los campos. La lista con el argentino es tremendamente larga. Un día parece estar bien, pero al siguiente vuelve a aparecer haciendo de las suyas. La selección española ha recibido sus críticas, pero nadie se escapa a hombre de la "mano de Dios".

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"Míreme a los ojitos", le decía Luis Aragonés en un entrenamiento con el Valencia, cuando apenas se movía. Él decía que necesitaba salir para sentirse bien y luego rendir, porque aunque se acostara tarde, no bebía. O llegaba tarde, un mes tarde, a los entrenamientos. Vale que ahora es el senador más votado de la historia de Río de Janeiro, pero a la organización del Mundial de Brasil la tildó de "mamoneo", calificando a Blatter de "ladrón, corrupto e hijo de puta".

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No es un jugador que sea problemático. Sin embargo, hay algo que no está yendo bien en su carrera. Ya lo han pillado dos veces fumando. La primera fue en Londres, en el 2013, sosteniendo un cigarrillo; y la segunda el pasado verano, de vacaciones en Las vegas. Dijo que no volvería a hacerlo. Pero ahora ha vuelto a ser cazado por error de su novia, Alex Coe, que sube esta foto a su cuenta Instagram en la que el jugador sujeta una pipa de agua. Lo llamativo es que el jugador lleva lesionado desde noviembre. La foto, por cierto, ya la ha retocado su novia para que a él no se le vea.