Se le torcieron pronto las cosas a los locales, pese a su claro dominio posicional desde el pitido inicial. Xavi Gracia, fino estratega, volvió a hacer a los de la ciudad condal caer en su tela de araña, como en el empate a cero de la ida en La Rosaleda. Cuando apenas transcurrían ocho minutos de partido, un saque de esquina que terminó fácilmente en las manos de Kameni fue la lanzadera perfecta al gol que decidiría el partido. El meta camerunés sacó rapidísimo en largo, buscando el centro de la zaga culé. Allí estaba Alves, relajado en exceso, antes de tratar de jugar con Bravo de forma estrepitosa. La pésima cesión del lateral derecho la aprovechó una bala llamada Juanmi que dejó atrás a todos en la carrera, incluido Jordi Alba, para plantarse solo ante Claudio Bravo, al que dribló para hacer el 0-1. Un gol que sorprendió a todos los que estaban en el estadio, pero ante el que el Barça tenía todo el tiempo del mundo para remar en contra.
Pero es que a partir de ahí poco o nada fue como a priori debía de ser. Rápidamente el Barça rozó el empate, cuando tres minutos más tarde Weligton sacó bajo palos un disparo seco de Rafinha, ante el que ya se cantaba la igualada. Pero desde entonces el Barcelona comenzó a ser un equipo tan previsible arriba como vulnerable atrás. No es inhabitual que los de Luis Enrique concedan más ocasiones de las deseadas, pero sí que tengan la pólvora mojada arriba. Y Kameni, en honor a la verdad, no tuvo tanto trabajo como requería la situación. Más allá, el camerunés no hubo de emplearse a fondo en ninguna acción.
El Barça abusó durante casi todo el partido de centros laterales sin peligro alguno, la mayoría surgiendo de un Messi demasiado escorado y lejos del peligro, tanto o más que Neymar. Luis Suárez parecía el único de los de arriba verdaderamente interesado en desbordar. Llamativo sin duda que tanto el argentino como el brasileño se pusieran de acuerdo en el mismo día para hacer su peor partido de las últimas semanas.
Y así fueron avanzando los minutos, con un Málaga que, lejos de acularse y dar pelotazos, cada vez que cortaba un ataque rival lo hacía con el criterio necesario para crear una contra que hacía retrasar posiciones a los locales. Especialmente Darder y Rosales dieron un clínic de primer pase de contraataque, del que sacaron provecho Samu García, Castillejo, y Horta, para ganar metros cuando la ocasión lo requería.
Ni Iniesta, lejísimos de su mejor forma, ni los refrescos de Rakitic o Pedro, dieron a los catalanes la lucidez necesaria para ni tan siquiera hacer a Kameni lucirse en una ocasión. Todo fueron balones colgados con escaso acierto, centros laterales imprecisos ante los que Weligton o Angeleri se multiplicaban, y conducciones por el centro en las que Messi y Neymar apenas participaban o lo hacían sin éxito. En el 84, un disparo lateral de Pedro se estrelló en el lateral de la red, siendo lo más peligroso que hacía el Barcelona desde la de Rafinha a los once de partido. Más tarde, ya en el 93, Suárez en dos tiempos volvió a probar a Kameni, pero la pelota salió tan potente como centrada y fácil para el camerunés. Fue el paupérrimo bagaje de un Barcelona al que un descaradísimo Málaga puso en jaque y que ahora volverá a estar pendiente de que el Real Madrid pinche en Elche para que buena parte de la liga no se le escape en la semana más inesperada.
Ficha técnica
FC Barcelona, 0: Bravo; Dani Alves (Mascherano, min.73), Piqué, Mathieu, Jordi Alba; Sergio Busquets, Rafinha (Rakitic, min.63), Iniesta (Pedro, min.68); Messi, Luis Suárez y Neymar
Málaga, 1: Kameni; Rosales, Angeleri, Weligton, Miguel Torres; Recio, Darder; Samuel (Boka, min.84), Horta (Duda, min.79), Castillejo y Juanmi (Juampi, min.50).
Gol: 0-1, m.7: Juanmi
Árbitro: Martínez Munuera (Comité valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Rafinha (min.12), Weligton (min.49), Recio (min.62), Piqué (min.79), Neymar (min.87), Jordi Alba (min.90+1) y Duda (min.90+1)
Incidencias: Partido de la vigésimo cuarta jornada de la Liga BBVA disputado en el Camp Nou ante 78.276 espectadores