Esta vez no ha sido uno de sus chistes, sino un comentario que Karlos Arguiñano ha hecho sobre el jugador canario del Betis, Rubén Castro, y los cánticos de la afición verdiblanca a su favor, y en contra de su expareja, que lo ha denunciado por malos tratos.
En uno de sus programas, el famoso cocinero vasco, mientras estaba al fuego, hizo mención al tema: "Algún futbolista del Betis que ha debido tener un comportamiento violento con su pareja, y los aficionados aplaudiendo, vitoreando al maltratador. Me parece terrible la violencia que se crea a veces en los campos de fútbol. Yo ahora no sé si iría con los niños al fútbol. Hay mucha violencia, desproporcionada. Una cosa es que en el fútbol puedas gritar y desahogarte; pero otra es que vitoreemos al maltratador".
Estas declaraciones no han sentado nada bien en el seno de la directiva bética, que defiende a su jugador y considera desproporcionada la medida propuesta por el Comité Nacional Antiviolencia del cierre parcial de la grada sur del Benito Villamarín. Por ello, Juan Carlos Ollero, presidente del cuadro verdiblanco, dice que estudia las medidas legales que le correspondan al equipo. "Las acciones legales que le correspondan a Rubén las tendrá que tomar él", añade.
Y prosigue: "Creo que resulta mucho más incomprensible. Determinadas personas han permanecidos silenciosas ante hechos acontecidos en este país (en alusión a una pregunta sobre lo que dijo Arguiñano). La alarma social creada es incomprensible. El revuelo montado, la manifestación de su opinión por algunas instituciones, el montarse en el caballo justiciero en relación con lo sucedido, a mí me parece incomprensible. No entiendo la desmesura de la reacción ni el comportamiento de las personas que deben ser moderadas y sensatas. Personas que han permanecido en silencio en otras cuestiones".