Hay fallos arbitrales más o menos comunes en un partido -fueras de juego o penaltis inexistentes, expulsiones cuando menos rigurosas...-, y otros difíciles de comprender, más aún teniendo en cuenta que, además del colegiado principal, también hay dos jueces de línea y un cuarto árbitro.
Es lo que ocurrió este domingo en el partido de la vigésimo novena jornada de la primera división holandesa (Eredivisie) que el FC Utrecht y el Ajax de Ámsterdam disputaron en el Stadion Galgenwaard.
Un duelo que acabó con empate a un gol, despidiéndose los ajaccied prácticamente del título, pero que sobre todo pasará a la historia porque el cuadro visitante jugó con doce futbolistas durante dos minutos de la primera parte, entre el 24 y el 26.
Todo comenzó a raíz de la lesión sufrida por el francés Edouard Duplan, que fue sustituido por el técnico del Utrecht, Robby Alflen, mientras era atendido en la banda. En su lugar había entrado Tommy Oar, pero el galo no se percató de que un compañero ya estaba ocupando su puesto en el campo.
Tampoco lo hicieron ni el árbitro principal, Pol van Boekel, ni sus ayudantes. Una circunstancia que duró dos minutos y que también pasó desapercibida para la mayoría de los aficionados.
Al final, tras advertido de la injusta y antirreglamentaria superioridad numérica de los locales, el árbitro expulsó a Edouard Duplan y los seguidores del Utrecht se lo tomaron con humor, despidiendo al delantero en medio de una sonora ovación.