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La FIFA y Blatter, la última carta de Villar contra el Gobierno

La Federación ha levantado la huelga tras la decisión de la Audiencia Nacional, pero mantiene su enfrentamiento abierto con el Ejecutivo.

La Federación ha levantado la huelga tras la decisión de la Audiencia Nacional, pero mantiene su enfrentamiento abierto con el Ejecutivo.
Ángel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol. | Cordon Press

Después 27 años al frente de la Federación española de Fútbol (RFEF) y preparado para presentarse a la reelección, a Ángel María Villar le quedan pocas cosas por hacer en el fútbol nacional. Durante casi tres décadas gobierna sin oposición la federación deportiva más importante del país, donde ha conseguido el control absoluto de todo lo que sucede en torno al deporte más seguido del país.

Poco amigo de las declaraciones públicas -motivado en parte por su escasa fuerza expresiva- el exjugador del Athletic de Bilbao desembarcó en el puesto gracias a un mandato gubernamental que limitaba el número de años en el cargo, una ley que consiguió anular cuando encontró el respaldo necesario.

A pesar de que las presiones para que deje el cargo no dejan de crecer, Villar tiene claro que quiere seguir al frente de la RFEF. Se sabe fuerte en el cargo, nadie ha podido levantarle del sillón presidencial en todos estos años, y tiene una considerable fuerza internacional (es vicepresidente de la UEFA y la FIFA). Sin embargo, empieza a ver con temor que la irrupción de nuevos actores podría restarle fuerza.

Intrigas, amenazas y desplantes

El fútbol español se ha convertido en un escenario de continuas tensiones, conspiraciones, amenazas y desplantes con el cetro de poder en el centro de mira. A Villar no le importa ausentarse sin mediar palabra de las reuniones más importantes. No tiene ningún inconveniente en hacer público y notorio su enfrentamiento con el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), Miguel Cardenal, y el presidente de la Liga (LFP), Javier Tebas.

Con Cardenal pasó del amor al odio cuando pactó con Tebas medidas para el control económico del fútbol. En plena crisis, el presidente de la Federación renunció a la subvención pública bajo el aplauso del propio Cardenal. España había ganado Eurocopa y Mundial y el combinado nacional era un reclamo en todo el mundo, donde se ingresaban importantes cantidades por partidos amistosos. Sin embargo, las cosas cambiaron con el pacto de Tebas y Cardenal y la exigencia de una exhaustiva auditoria de las cuentas federativas por parte del CSD.

Algunas voces siempre han afirmado que la maniobra de Villar para renunciar al dinero público respondió a la intención de dar más opacidad y ocultar cualquier irregularidad en las cuentas. Precisamente, antes de llegar a la presidencia de la Liga Tebas se convirtió en su principal enemigo y no dudó en acudir a los juzgados para denunciar irregularidades en su gestión.

El Real Decreto para la venta centralizada de los derechos televisivos ha sido el último episodio en la guerra del fútbol español. Nadie duda de que la venta global puede suponer una mejora sustancial de los ingresos pero está en juego algo más. Por primera vez, Villar se siente debilitado frente al poder de Tebas y entiende que ceder a las pretensiones de Cardenal y el Gobierno puede menoscabar su autoridad. Por eso aprovechó la coyuntura de la huelga convocada por la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) para mandar a la Federación a la huelga.

Lejos de los que piden los jugadores, la Federación utilizó la excusa de no haber sido consultado en la redacción del texto para volver a sacar otras reclamaciones que nada tienen que ver con el Decreto. Denunció de nuevo la injerencia del Gobierno en sus cuentas, se opone a devolver el dinero procedente de las quinielas que reclama el CSD, porque no encuentra ninguna justificación del gasto, y amaga con paralizar del todo el fútbol modesto si no hay un cambio en la Ley de
Emprendedores
aprobada por Hacienda.

Tras conocer la decisión de la Audiencia Nacional para suspender la huelga convocada por la AFE y permitir que se disputen las dos jornadas de Liga que restan, la Federación salió al paso con un comunicado en el que también confirmaba que levantaba la huelga. Villar se guarda una última carta bajo la manga en su particular guerra con Cardenal. El Decreto ya está siendo revisado por la FIFA.

Su presidente, Joseph Blatter, ya amenazó con expulsar a España de las competiciones internacionales si existía alguna injerencia gubernamental en la gestión de la RFEF, amparado por los estatutos del máximo organismo del fútbol. El español es uno de los apoyos más importantes de Blatter de cara a la reelección -su influencia para conseguir votos en las federaciones sudamericanas es notable- y sabe que la FIFA estará de su lado si decide dar un paso más contra el Gobierno y, como es de esperar, no se conforma con el levantamiento de la huelga. Villar prepara el siguiente movimiento.

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