La renovación de Dani Alves por el Barcelona se convirtió en un auténtico culebrón. A pesar de recibir ofertas económicamente superiores, daba la sensación que Dani no terminaba de cerrar la puerta al Barça, a pesar que la cúpula de Bartomeu le ninguneaba -sólo le ofrecieron ampliar su contrato tras conocer la sanción de la FIFA que impedía al conjunto catalán inscribir jugadores hasta enero de 2016-.
Parece que el brasileño nunca tuvo intención de abandonar la ciudad condal, sino, más bien, estirar la cuerda para cobrar más. Cuando todo indicaba que Alves enfilaba la puerta de salida, el PSG se retiraba de la puja y dejaba a Dani sólo y sin compromiso.
¿Sólo? Alves tenía una razón de peso para no abandonar Barcelona: Joana Sanz. La modelo tinerfeña de 22 años y que lleva trabajando desde los 15 para marcas internacionales como Gucci, Jimmy Choo y Desigual. Con 1,80 metros de estatura y unas medidas que rozan la perfección –90, 61, 91-, Joana parece que le robó el corazón a un Dani, que, seguramente, ha perdido dinero con su renovación con el conjunto blaugrana, pero, sin duda, ha ganado felicidad.