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Denuncian que el separatismo pretende apropiarse del Barça con la independencia

Sectores del nacionalismo más cerril cercanos a la ANC se frotan las manos con lo que pueda ocurrir a partir de el lunes.

Sectores del nacionalismo más cerril cercanos a la ANC se frotan las manos con lo que pueda ocurrir a partir de el lunes.
El FC Barcelona puso el Camp Nou al servicio del separatismo en varias ocasiones | EFE

Buena parte del futuro de la estabilidad de España se pone en juego en las elecciones autonómicas que se celebran este domingo 27 de septiembre en Cataluña. Sin embargo, sus resultados no afectarán sólo a la situación política, sino obviamente también a la esfera económica, social, y por supuesto, al mundo del deporte. Mucho se viene hablando en los últimos días de cuál sería el porvenir de los clubes catalanes en caso de que se produjera la separación, y desde luego no pocas voces opinan que el principal club catalán, el Fútbol Club Barcelona, se vería seriamente afectado.

Así, un informe de la web El Demócrata Liberal, asegura que existe una honda preocupación en muchos colectivos cercanos al Barça. Socios, peñistas, y aficionados, así como los miles de trabajadores o empresarios cuya actividad económica está liga de una u otra manera al club azulgrana, temen las consecuencias del desafío separatista que en los últimos años lideran Artur Mas y Oriol Junqueras.

La citada publicación no sólo se basa en la contundencia con que Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, se ha expresado una y otra vez, dejando clara su postura de que, en caso de independencia, clubes como el Barça o el Espanyol no podrían continuar compitiendo en España, algo que también ha reiterado en más de una ocasión Miguel Cardenal, presidente del Consejo Superior de Deportes. En la misma línea, importantes conocedores de la economía del deporte, como José María Gay de Liébana, o José del Olmo, fundador de CIHEFE (Centro de Investigación e Historia del Fútbol Español), han recordado en varias ocasiones que la UEFA no aceptaría que el Barcelona jugase otra liga que no fuera la catalana, algo que una y otra vez, los gestores de los diferentes clubes implicados no hacen más que negar, asegurando que su futuro seguirá ligado a las diferentes competiciones españolas. Sin embargo, no pocos aficionados y estamentos empiezan ya a dudar seriamente de que esto pueda ser así. Por más que el recurrente y manido ejemplo de los clubes andorranos y su participación en ligas españolas sea el usado por los portavoces del club, desde la LFP, la UEFA y múltiples organismos internacionales se han encargado de recordar que esa situación no sería viable.

Es ese un aspecto en que el artículo de El Demócrata Liberal hace especial incidencia: ¿Qué opinan los aficionados del Barça no independentistas del evidente posicionamiento a favor del proceso que ha adoptado el club? Obviamente, indignación, que no pocos seguidores han hecho llegar al club, por más que éste lo haya ocultado a la opinión pública. Un aspecto que no es baladí, pues las más de 1500 peñas de la entidad barcelonesa (segundo club del mundo tras el Real Madrid en número) se dividen en 700 en Cataluña, Comunidad Valencia e Islas Baleares, otras 700 en el resto de España, y más de un centenar en el extranjero.

Más preguntas, ¿Cómo afectaría al Barça abandonar la liga española y por tanto, la Champions League? Partiendo de la base de que, según Gay de Liébana, el club es uno de los cuatro más saneados del mundo, con ingresos actuales de aproximadamente 172 millones brutos por mercadotecnia, de los cuales 120 tienen su origen en Europa, según `El Demócrata Liberal´, y el sentido común, éstos caerían en picado si los culés no compitieran ni en la liga española ni en la máxima competición continental.

Pero vayamos más allá, pues desde Barcelona no se cansan de reiterar que sería la propia competición española la gran perjudicada si el club la abandonara. Evidentemente, la desaparición de los clásicos ante el Real Madrid tendrían una clara repercusión sobre medios de comunicación y los propios clubes, pero la información publicada en El Demócrata Liberal estima que rápidamente se crearían nuevas oportunidades de negocio alrededor de otros equipos y rivalidades. Atlético de Madrid, Valencia, o Sevilla, serían claros candidatos a dar ese paso adelante necesario que en Inglaterra han dado en la última década Manchester City o Chelsea, espoleados por la llegada de capital inversor extranjero. Una inversión que, por cierto, ya tienen tanto colchoneros como ches, y que podría verse aumentada.

En todo caso, lo que queda cada vez más claro es que el Barça es una herramienta independentista de mucho peso en todo lo que está ocurriendo, con la idea del nuevo país por encima de todo, aunque afecte a la propia entidad y su imagen internacional. De hecho, la publicación afirma que a sus actuales directivos "no les importa que el club blaugrana desaparezca, como lo conocemos hoy, ya que para ellos han de prevalecer, por encima de todo y de todos, los intereses de la `patria´ catalana". Ya se sabe, hay catalanes buenos y malos, puros e impuros. Y el Barça lidera a los más puros, los que quieren separarse de España, por más que ello afecte de pleno y sin duda a la economía y el futuro del club, poniendo en duda su viabilidad tal y como conocemos hoy a la entidad fundada por Joan Gamper.

Nacionalización del Barça

Pues bien, ante dichas ineludibles dificultades de supervivencia, el citado informe se hace eco de algunas propuestas absurdas y muy peligrosas que estarían en mente de cara al futuro. Una de ellas pasaría por una suerte de nacionalización del Barça, que pasaría a ser administrado por el nuevo régimen separado de España. Entonces, se hurtaría la propiedad del club a los socios y se ofrecerían a un fondo extranjero -presumiblemente qatarí-, aunque oficialmente se haría de forma provisional, subrogándose el nuevo propietario en los derechos de los 223 mil socios, con el compromiso de devolverles la titularidad cuando Cataluña fuese reconocida, algún lejano día, como estado.

Eso sí, esta indulgencia se aplicaría a una condición de recompra, es decir, debiendo pagar los socios o sus herederos, el derecho de `recuperación´ a precio de mercado o de nuevo valor del Barça". Ahí es nada. ¿Y para qué serviría tanto movimiento de dinero? Obviamente, para financiar las arcas del nuevo estado independiente catalán, como si de un préstamo a largo plazo se tratase, en un acto de servicio a la independencia por parte del Fútbol Club Barcelona. Una situación que afirma El Demócrata Liberal que sólo afectaría al equipo de fútbol, toda vez que el resto de secciones polideportivas del club no serían viables, al menos a un alto nivel competitivo.

Por último, no cabe duda de que, aunque fuera prioritario, el primer equipo de fútbol se vería azotado de pleno. Mantener a jugadores como Messi o Neymar se volvería quimérico con la ingente bajada de ingresos que se produciría. Sin duda, un escenario casi apocalíptico el que afrontaría el Barcelona en caso de que Cataluña finalmente se independizara de España.

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