No juega en el Real Madrid, el Barcelona, el Bayern de Munich o la Juventus de Turín. Lo hace en Inglaterra, pero no en los gigantes de Manchester, United o City, ni en Arsenal, Chelsea o Liverpool. Su nómina no está tan repleta de ceros como la de alguno de sus colegas, y su nombre está lejos de estar a la altura de los Cristiano Ronaldo, Leo Messi, Luis Suárez, o Robert Lewandowski. Nunca le habrán visto protagonizando un anuncio. Su carrera futbolística, de hecho, estuvo en serio peligro. Y sin embargo, es el delantero centro más en forma del Viejo Continente. Jamie Vardy, jugador del sorprendente Leicester City de Claudio Ranieri, está batiendo registros en la Premier League. Con su gol en el triunfo por 2-3 ante el West Bromwich Albion, el futbolista nacido en Sheffield hace 28 años colocó a su equipo tercero en la clasificación, sólo por detrás de Manchester City y Arsenal, y marcó por octava jornada consecutiva, igualando el registro logrado en su día por Ruud Van Nistelrooy (2002), y Daniel Sturridge (2014), y dejando atrás a leyendas del fútbol de las islas como Thierry Henry o Alan Shearer, que nunca pudieron marcar en más de siete duelos consecutivos. Ahora, sólo le queda por delante alcanzar otra marca del holandés ex del United y Real Madrid, en este caso en 2003, cuando alcanzó la decena de partidos goleando. Algo que podría lograr si consigue encontrar portería ante el Watford de Quique Sánchez Flores y el Newcastle, los dos próximos rivales de los zorros.
Y es que si hay una pareja de moda en la Premier League es la que forman Vardy y el argelino Riyad Mahrez. El africano, a sus 24 años, es toda una sensación en la competición, y ya ha logrado 7 tantos (dos ante el West Brom), y ha sido el autor de 5 asistencias en los 9 partidos en que ha intervenido. Vardy, por su parte, suma 11 goles en otras tantas jornadas, y ya es reconocido como el futbolista más veloz de la liga inglesa. Según Sky Sports, el atacante llegó a alcanzar una velocidad máxima de 35`44 kilómetros por hora en el pasado mes de agosto, ante el West Ham. No es de extrañar el éxito de los de Ranieri en una liga tan física y veloz como la inglesa, pues, según esa misma clasificación, los tres futbolistas más rápidos de la Premier juegan en su equipo, pues a Vardy le seguirían Jeffrey Schlupp y Marc Albrighton.
Sin embargo, Jamie Vardy era un gran desconocido para el público general hasta hace unas semanas, y para el más especializado hace apenas un año. Pese a sus 28 años, no debutó en la máxima competición de su país hasta la temporada pasada, con apenas cinco goles en 34 partidos con el Leicester. Y eso que en su momento fue una de las grandes esperanzas británicas, aunque su escaso tamaño hizo al Sheffield Wednesday prescindir de sus servicios con apenas 16 años. Más tarde, la estrella del momento en el balompié inglés se vio involucrado en un altercado que le llevó a sufrir un arresto domiciliario con apenas 20 años. Según sus palabras, todo se debió a que salió en defensa de un amigo sordo del que se estaban mofando por su discapacidad. Pero el asunto debió írsele de las manos a Vardy, que, en una reciente rueda de prensa, admitió que "fue jodido no poder hacer lo que cualquier chaval de 20 años, salir y tal. Todos los mis colegas estaban fuera, disfrutaban juntos, y yo tenía que estar encerrado en casa. Por suerte, tenía una enorme colección de DVD". Una adolescencia compleja en lo deportivo y lo personal que el ya internacional inglés valora como importante en su presente: "esas cosas me hicieron ser lo que soy hoy. Fue duro, estaba permanentemente en casa, no me dejaban salir".
Pero su camino al éxito no fue sencillo. Tras salir del equipo de su tierra, comenzó a deambular por las categorías inferiores del país. El modestísimo Stocksbridge Park Steels fue su primera parada, antes de evolucionar en el Halifax Town y el Fletwood Town, todavía en la quinta división inglesa. Sus números en todas partes eran de altísimo nivel, lo que le permitió llegar en 2012 a su actual equipo, a cambio de un millón de libras, una auténtica barbaridad para un jugador hasta entonces no profesional. Por aquel entonces, los zorros estaban en la segunda división. Sus 16 goles en la 2013-14 resultaron cruciales para que el Leicester City, todo un histórico fundado en 1884, volviera a la máxima categoría de las islas tras más una década (había descendido en 2004).
Ratón en el área, siempre en el sitio oportuno, es un auténtico diablo con balones al espacio, que tanto gustan a Ranieri. Además, va aceptablemente bien por arriba, pues sus potentes piernas le permiten limar de escasez de centímetros, que al final no fue tanta como vieron en el Sheffield Wednesday (mide 1,78). El King Power Stadium alucina con su equipo, al que ve tras once jornadas en puestos de Champions League, algo inimaginable, y donde seguramente no estarán a final de temporada. Pero desde luego, estos tres primeros meses de competición ya forman parte del libro de oro del Leicester City.
Mientras, Vardy, aprovecha su momento, prácticamente impensable años atrás. Debutó como su selección el 7 de junio, en un empate sin goles en Dublín ante la vecina Eire, en lo que él mismo definió como "estar en el país de los sueños". Y de hecho, no pocas voces empiezan a verlo como el `9´ por el que debería apostar Roy Hodgson, como referencia de los `Pross´ de cara a la Eurocopa de Francia de 2016. Nombres veteranos, como Wayne Rooney o Daniel Sturridge, y otros más noveles, como Harry Kane, parecían los más firmes candidatos a serlo no hace tanto, pero el extraordinario momento de forma del punta del Leicester ya ha generado debate en las islas. Sin ir más lejos, el ex internacional inglés, Ian Wright, en una columna en la BBC, ve similitudes entre los casos de Vardy y el italiano `Toto´ Schillaci, que tras debutar en primera división con 25 años, alcanzó la internacionalidad con la `azzurra´ y acabó siendo el máximo goleador del Mundial de Italia 90 y uno de los grandes ídolos transalpinos. Si Jamie Vardy mantiene su nivel actual, no sería ni mucho descabellado que tal hecho se produjese. Por algo es ahora mismo el delantero de moda del fútbol europeo.