Si hay algún país en el mundo en el que las tradiciones son algo sagrado, ese es el Reino Unido. Nunca en otro lugar una rutina tendría siglos de antigüedad, nunca se habría prolongado con el paso del tiempo si estuviéramos hablando de otra cultura, pero lo estamos haciendo de la anglosajona y ahí no hay motivo de debate.
El tradicional Boxing Day se celebra este 26 de diciembre como costumbre arcaica de entregar regalos a los empleados por parte de los superiores. En siglos pasados los sirvientes tenían que trabajar el día de Navidad y, por tanto, no podían disfrutar con sus familias de tan emotiva jornada. En compensación, se les daba como festivo el día siguiente, el 26, día en que también se les entregaba un obsequio.
Poco a poco la costumbre ha ido derivando en la generalidad más absoluta y el 26 de diciembre es el tradicional día de dar y recibir regalos en el Reino Unido. Esta jornada, festiva caiga el día que caiga, sirve a la Premier League para celebrar una jornada de Liga, la primera de las tres que se juegan en Inglaterra en apenas cinco días, los que van de hoy al día de año nuevo.
Y esta fecha depara partidos que no están nada mal. El Manchester United visita al Stoke con el objetivo de empezar a remontar posiciones porque la Liga se les está yendo poco a poco. El Leicester de Ranieri, sorprendente líder, le lleva a los de Old Tradfford nueve puntos y hoy el modesto equipo del mister italiano visita Anfield en uno de los partidos más destacados del sábado. Queda mucho por jugar pero hay gente que empieza a sopesar seriamente la opción de que el Leicester sea campeón si hoy se impone en terreno del Liverpool.
El Arsenal de Wenger cierra la jornada en el recinto del Southampton en un partido atractivo y el Chelsea, ya con Guus Hiddink en el banco, recibe al Watford de Quique Flores. El técnico español fue jugador del holandés en la época en la que Hiddink entrenó al Valencia. Emotivo reencuentro.
El partido entre el Manchester CIty y el Sunderland también depara interés porque los de Pellegrini no se pueden despistar. Perdieron el otro día, y jugando mal, en cancha del Arsenal y se han alejado a seis puntos del liderato.
Todo en un día con mucho aforo en las gradas, un día en el que el fútbol es importante pero casi segundo plato vista la emoción y la gratitud de unos con otros, que deja en un segundo plano las luchas en el terreno de juego. Una tradición más, en el país de las tradiciones, donde es pecado saltarse una y donde nadie falta a la cita. Es Inglaterra.