La FIFA ha enviado una solicitud a la justicia estadounidense para recuperar las "decenas de millones de dólares" de sus antiguos directivos perseguidos en los Estados Unidos, en cuya investigación se basa para reconocer que Sudáfrica pagó para obtener los votos necesarios en la elección del Mundial 2010.
El organismo que preside el suizo Gianni Infantino presentó estos documentos en un intento de recuperar decenas de millones de dólares que se embolsaron ilegalmente 39 miembros de la FIFA y otros oficiales de fútbol perseguidos por la justicia estadounidense por corrupción.
La FIFA, que se declara en dicha documentación "víctima", presentó una solicitud de restitución a la Oficina del Procurador de Estados Unidos y a la Oficina de Libertad Condicional de Estados Unidos para el Distrito Este de Nueva York, para que exija la indemnización por parte de los 41 exfuncionarios de la FIFA y otras organizaciones de fútbol, entre ellos Chuck Blazer, Jack Warner, Jeffrey Webb y otros que han sido acusados en la investigación que está en curso llevada a cabo por el Departamento de Justicia.
"Los acusados abusaron de los puestos de confianza que tenían en la FIFA y otras organizaciones internacionales de fútbol y causaron daños graves a la FIFA, sus asociaciones miembros y la comunidad del fútbol. El dinero que se embolsaron pertenecía al fútbol mundial y estaba destinado para el desarrollo y la promoción del juego. FIFA, como el órgano rector del fútbol, quiere que el dinero esté de vuelta y estamos decididos a conseguirlo sin importar el tiempo que sea necesario", dijo Infantino, nuevo máximo mandatario de la FIFA tras ser elegido el pasado 26 de febrero para relevar a su predecesor, Joseph Blatter, imputado por la justicia suiza.
La FIFA cree que decenas de millones de dólares fueron desviados de la comunidad del fútbol ilegalmente a través de sobornos, comisiones ilegales y esquemas corruptos llevados a cabo por los acusados. Esta cantidad es probable que aumente a medida que la investigación continúe.
La FIFA pide la restitución del dinero que los acusados se embolsaron para enriquecerse, así como los sueldos, prestaciones y bonos que percibieron durante su permanencia en la FIFA y otras organizaciones de fútbol.
El organismo también reclama dinero por los daños causados debido a sus acciones sobre la marca FIFA y su reputación, su propiedad intelectual y sus relaciones de negocios.
Infantino entiende que los acusados se apropiaron también del dinero de los jugadores, entrenadores y aficionados de todo el mundo que se benefician de los programas que desarrolla la FIFA para promover el fútbol.
"Estos dólares estaban destinados a construir campos de fútbol, no mansiones ni piscinas; para comprar equipos de fútbol, no joyas y automóviles; y para financiar la cantera y el desarrollo técnico, no para suscribir lujosos estilos de vida. Cuando la FIFA recupere este dinero, se dirigirá de nuevo a su propósito original: para el beneficio y desarrollo del fútbol internacional".
Entre los documentos presentados por la FIFA, y respecto a Sudáfrica la FIFA entiende que se pagaron diez millones de dólares en sobornos a cambio de votos para la elección del país africano al trinitense Jack Warner, expresidente de la CONCACAF, y expresidente de la FIFA, así como a Chuck Blazer, exsecretario general de la CONCACAF, y un tercer miembro del comité ejecutivo.
Warner, que fue detenido y acusado por la justicia estadounidense de fraude y blanqueo de capitales, está en su país con una orden de extradición a Estados Unidos pendiente.
Blazer, suspendido a perpetuidad por la FIFA, renunció en 2013 porque estaba siendo investigado. Su confesión ha sido clave en la investigación. Es el origen de todo el caso FIFA.
El organismo futbolístico universal explica en uno de los 22 folios de la petición que Warner y su familia habían establecido estrechos vínculos con Sudáfrica durante el intento fallido del país para ser sede del Mundial 2006, concedido finalmente a Alemania.
"Por ejemplo, Daryan Warner -hijo de Jack- había organizado una serie de partidos amistosos entre los equipos de la CONCACAF en Sudáfrica, apoyándose en la red de contactos allí de su padre".
"Daryan Warner también había servido como cobrador de su padre, viajando a un hotel en París, para recibir un maletín 10.000 dólares en efectivo de un funcionario del comité de la candidatura de alto rango de Sudáfrica e inmediatamente volver a Trinidad y Tobago para dárselo al acusado de Warner", apunta.
Y, asimismo, los responsables de Sudáfrica "ofrecieron un soborno más atractivo" de 10 millones de dólares a Warner, Blazer y a un tercer miembro del Comité Ejecutivo por su voto, para cuyo soporte se recurrió a una supuesta "diáspora africana" en la región del Caribe, "cuando en realidad se trataba de un soborno".