La victoria del Barcelona ante el Athletic de Bilbao en San Mamés (0-1) en el partido que cerraba la segunda jornada liguera, dejó un dato estadístico para la historia. Jamás un portero de la Liga había conseguido completar más de 46 pases. Ter Stegen, guardameta alemán que ha relevado como titular al chileno Bravo -hizo las maletas para marcharse al City de Guardiola-, firmó 51 pases completados, más que 185 jugadores de la Liga. Incluso, poniendo como referencia al Real Madrid, tan solo Sergio Ramos fue capaz de completar más pases que el portero culé.
La presión adelantada del Athletic obligó a la zaga culé a jugar en numerosas ocasiones con su portero -hasta 62-. Ter Stegen, de los 62 balones que jugó con los pies, consiguió completar el pase a un compañero en 51 ocasiones.
Ángel o demonio
La tremenda frialdad del alemán, que en muchas ocasiones se adornó demasiado poniendo en aprietos a sus compañeros, estuvo a punto de dar un disgusto a los de Luis Enrique en el minuto 11, cuando Ter Stegen se equivocó en el pase y entregó el balón a Beñat que se quedó solo delante del guardameta azulgrana. Afortunadamente para el Barcelona, Stegen arreglo su propio desaguisado y paró el balón con la cara.
Es cierto que para un equipo como el Barcelona, que para su estilo de juego tiene una vital importancia la salida de balón, tener un portero que juegue bien con los pies, como Ter Stegen, es capital. Pero no es menos cierto, como muchos apuntan, que la soberbia del alemán, su exceso de confianza, pueden costarle caro a un Barcelona que ya se llevó el primer susto en el día en el que el portero teutón debutó en La Liga.
Al final de liga, ¿el peculiar guardameta alemán le dará más alegrías que disgustos a su equipo? ¿Será héroe o villano? El debate está servido.