Con buena cara se marcha de vacaciones un Deportivo Alavés que ha puesto guinda inmejorable a su 2016, el año de su regreso a Primera División. Los de Mauricio Pellegrino llegaban a este choque de vuelta ante el Nástic de Tarragona con los deberes hechos (0-3 en la ida) pero con las ganas de dar una última alegría a su afición. Pese a los cambios en el once, el cuadro de Vitoria demostró ser fiable hasta encontrar el camino del gol.
Edgar, en un gran desmarque, se quedó solo para hacer el primero en el minuto 12. Después, la expulsión de Kakabadze, el penalti y el gol de Rubén Sobrino terminaron por romper el encuentro. Antes del descanso Daniel Torres hizo el 3-0 ante un Nàstic que mostró orgullo pero que no pudo inquietar el pase a octavos del Alavés diez años después.
El Athletic no perdona; el Celta, con lo justo
Además, el Athletic de Bilbao fulminó (3-0) a un Racing de Santander que no supo meter mano al equipo de San Mamés. Los leones se toman en serio la Copa y tuvieron la pegada necesaria para evitar sustos. Sin Beñat lesionado y con Miekl Rico en labores de creación, los vascos se adelantaron con el juego aéreo de Etxeita, que anotó de cabeza el rechace de otro testarazo del recién renovado Aduriz repelido por el larguero.
El gol, justo después de una gran ocasión de Aquino para los cántabros, bajó los humos del Racing, aunque la sentencia fue la tijera de Raúl García para hacer el segundo en la reanudación tras el descanso. Con un 4-1 en el global, los de Valverde dominaron el encuentro y Williams, con fortuna, hizo el definitivo 3-0.
En un desangelado estadio de Balaídos, el Celta cumplió con su favoritismo sin alardes ante el UCAM Murcia (1-0), cerrando el curso con buen sabor de boca para olvidar la última y dolorosa derrota en Bilbao. Tardó en entrar en el partido el equipo de Eduardo Berizzo y, después de buenas llegas de Sisto y Jonny fue Marcelo Díaz quien encontró puerta en un lanzamiento directo de falta.
El internacional chileno indicó el camino con su golazo y, tras el descanso, el Celta buscó la sentencia, aunque también comenzó a pensar en el turrón antes de tiempo. El cuadro celeste dominó sin ocasiones ante un UCAM sin recursos para buscar las cosquillas a un Celta peligroso con espacios. Un quiero y no puedo que terminó sin más goles y con los gallegos en octavos de la Copa.