La destitución de Claudio Ranieri causó una tremenda sorpresa en el mundo del fútbol. El técnico italiano fue despedido nueve meses después de conseguir uno de los mayores hitos en la historia del fútbol moderno: ganar la Premier con un modesto como el Leicester.
Las malas lenguas hablaban de que el vestuario de los 'Foxes' tuvo mucho que ver en el adiós del técnico italiano.Según el diario británico, ‘The Times’, Kasper Schmeichel, Wes Morgan, Marc Albringhyon y Jamie Vardy se reunieron con el propietario del club para pedir la destitución de Ranieri.
La mala racha del Leicester, cinco derrotas consecutivas y seis jornadas sin ver puerta en la Premier, pusieron en el alambre a los 'Zorros' -un punto por encima del descenso- y dejaron a Ranieri contra las cuerdas. Tras caer en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla (2-1) en la ida de los octavos de final de la Champions League, se consumó la destitución de un Claudio que se despidió con un desgarrador comunicado del equipo con el que hizo historia.
El primer partido que disputaba el Leicester tras la marcha de Ranieri era contra el Liverpool. Los 'Zorros' cambiaron su imagen de indolencia de las últimas semanas y salieron muy enchufados. Del último once de Ranieri al primero de Shakespeare repitieron 10 hombres. Únicamente cambió Musa, titular en Sevilla y suplente ante el Liverpool, en detrimento de Albrighton. Los nombres eran los mismos pero la actitud y la intensidad eran radicalmente opuestas. Pasaron por encima de los de Klopp, ganaron 3-1 y el partido dejó un dato que ponía en la picota al plantel 'Blue'.
Los jugadores del Leicester corrieron 11 kilómetros más que en el último partido dirigido por Ranieri. "Las críticas son entendibles. Tenemos que hacer más partidos como este", afirmó Drinkwater. Un respiro a base de sudor. Ante los 'reds', los futbolistas que dirige ahora Shakespeare hicieron 547 sprints, 125 más que en el último choque de Liga ante el Swansea (422). Demasiada diferencia para no pensar mal, ¿no creen?