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Griezmann, Oblak y la pizarra vuelven a negar la victoria al Bernabéu (1-1)

El francés marcó en la recta final igualando el tanto de Pepe. El Real Madrid dejó revivir al Atlético. Los cambios y Oblak, decisivos.  

El francés marcó en la recta final igualando el tanto de Pepe. El Real Madrid dejó revivir al Atlético. Los cambios y Oblak, decisivos.  
Antoine Griezmann celebra el 1-1. | EFE

Antoine Griezmann volvió a ser la bestia negra del Real Madrid. En un partido en el que la igualdad inicial dio paso al dominio absoluto del Real Madrid, el delantero francés fue decisivo por segundo año consecutivo en el Bernabéu para hacer bueno el dicho: "Si perdonas lo acabas pagando".

Zinedine Zidane vio escaparse el partido desde la banda cuando lo tenía a su merced. El Real Madrid hizo lo más difícil ante el Atlético, es decir, ponerse por delante superando el muro defensivo del Cholo y luego a Oblak, algo que a veces es más difícil que lo primero. Pero una vez más los cambios desde el banquillo dieron la vuelta al partido. Simeone acertó con Thomas y Correa mientras que Zidane perdió superioridad en el centro del campo con la salida de Kroos y permitió revivir a los rojiblancos creciendo desde la medular.

Los derbis entre Madrid y Atlético cada vez son más tácticos y cuando la calidad o la falta de acierto de alguno de los dos no resuelve la papeleta, las victorias, las derrotas o los empates se dirimen con los jugadores que entran desde el banquillo y por tanto con las decisiones de los dos entrenadores.

Para desgracia del Real Madrid, el Bernabéu volvió a quedarse sin la victoria liguera en casa por cuarto año consecutivo precisamente por pequeñas partes de lo dicho anteriormente: los blancos, Oblak de por medio, no remataron a su rival cuando éste se encontraba navegando en tierra de nadie y terminaron de suicidarse al ganarle Simeone en la pizarra a Zidane.

Escenario y guión conocidos

Atlético de Madrid y Real Madrid. Los dos equipos que posiblemente mejor se conozcan ya no en Europa sino en el mundo porque se han medido con las pulsaciones a 100 en un partido de liga, con las mismas a 200 en una final copera e incluso a 2000 en dos finalísimas de la Champions. Las han visto de todos los colores y siempre uno enfrente del otro. Blancos y rojiblancos tienen pocas sorpresas que ofrecerse mutuamente cuando se miden y en el primer acto del Bernabéu ninguno se echó la manos a la cabeza con los planteamientos de Zidane y Simeone.

Fue una primera parte igualada en estrategia. El Atlético plantó su 4-4-2 habitual para defender en su campo y estirarse en ataque en las contras mientras que el Real Madrid asumió el dominio del balón intentando a su vez minimizar los contragolpes del eterno rival. Al conjunto de Zidane le costó arrancar y en los diez minutos iniciales estuvo más pendiente del Atlético que de encontrar el 1-0.

Pasados los instantes de tanteo, los roles pasaron de la teoría a la práctica con el Madrid en campo rojiblanco con más asiduidad que en el caso contrario. Por suerte para los locales, un cabezazo de Saúl nada más comenzar el choque no acabó dentro de la portería y sería Cristiano el que devolvería la moneda al Atlético con un disparo que Oblak atajó abajo para evitar el peligro. Ese disparo del portugués dio inicio a un carrusel de saques de esquinas que, bloqueos incluidos para Ramos, se marcharon al limbo sin gol madridista.

El Real Madrid se había terminado de soltar con la ocasión de Ronaldo sumada a las jugadas a balón parado y terminó de controlar por completo el partido cuando vio más espacios en tres cuartos de campo gracias al trabajo de Casemiro, Kroos y Modric y la capacidad de Benzema para combinar y romper el cerrojo del Cholo. Precisamente el francés daría vida a una ocasión clara tras una pared con Cristiano que desbarató Oblak. Poco después sería Ronaldo el que volvería a levantar al público de su asiento con un disparo potente que superó al portero rojiblanco, pero no a Savic, que salvó el 1-0 casi en la línea de gol.

El partido empezaba a romperse y a coger un cariz más blanco que rojiblanco. Aún así, el Atlético supo recomponerse y verse con el 0-0 en el marcador le seguía dando tranquilidad. Un fallo le volvería a meter en el choque y ese error lo cometió Sergio Ramos regalando un balón a Griezmann y permitiendo al francés que le ofreciera a Keylor Navas la opción de lucirse. El portero ‘tico’ evitó el 0-1 y de ahí al final de la primera parte, el Atlético de Simeone volvió a igualar las sensaciones de ambos conjuntos.

Pepe, la pizarra y Griezmann

La igualdad relativa de la primera parte dio paso a un segundo acto blanco casi en su totalidad menos en la parte donde muchas, por no decir todas las veces, se deciden los partidos. Los primeros siete minutos desde el pitido inicial del colegiado hasta el gol de Pepe fueron un paseo para el Real Madrid que atenazó y golpeó al Atlético hasta conseguir el 1-0. Otra vez a balón parado y otra vez de cabeza, el equipo de Zidane hacía sangrar a sus vecinos y el tanto del portugués pareció abrir el camino para una victoria sólida de los locales.

El Bernabéu vio el pasar del tiempo con la ansiedad del público que sabe que su equipo es muy superior, pero el rival que tiene delante necesita poco para convertir un perdón en un castigo. Simeone veía a los suyos incapaces de hacer jugadas fuera de sus dominios y fueron desapareciendo del partido hombres como Torres, que pese a todo marró el 1-1 en un mano mano, Carrasco y también Griezmann, que reviviría después. A Oblak no le hizo falta resucitar porque siempre estuvo muy vivo y el santo rojiblanco salvó a su equipo de perder el partido. Benzema lo sabe bien.

El carrusel de cambios y el inicio de los acontecimientos que cambiarían el derbi los arrancó Simeone. El argentino puso en el ‘ajedrez’ a Correa buscando más verticalidad en tres cuartos de campo y algo de miedo en territorio rival. Zidane respondió primero con la variante obligada de Nacho por el lesionado Pepe y luego vino el error del galo cuando quitó a Kroos para meter a Isco en busca del 2-0. Dos minutos tardó Simeone en responder con Thomas por Torres. 120 segundos, más o menos, fue lo que el Atlético necesitó para ganar superioridad en el centro el campo y a partir de ahí alejar al Real Madrid de su área para salir y ver más cerca el marco de Keylor.

El siguiente cambio de Zidane no afectó al planteamiento. Lucas por Bale era más de los mismo, pero rápidamente se vio que el choque había dado un vuelco. Correa sin Thomas y con Kroos seguía lejos del área del Real Madrid, todo lo contrario que al ganar el Atlético el centro del campo. Ahí sí fue útil el argentino y a partir de un pase suyo llegó el gol de Griezmann para el 1-1 definitivo. El francés no silenció al Bernabéu con una chilena preciosa que intentó en la segunda parte, pero igual que el año pasado, su gol le dio oro al Atlético y carbón al Madrid y a Zidane.

El pitido final dejó mucho más feliz a Simeone que a Zizou ya que uno salió del Bernabéu ganando un punto y el segundo perdiendo dos. Como anécdota, antes del gol del Atlético estuvo a punto de salir Cerci porque no había más y porque Simeone necesitaba cualquier cosa al oler la sangre en la pizarra del rival.

Ficha técnica:

Real Madrid, 1: Keylor Navas; Carvajal, Pepe (Nacho, m.67), Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos (Isco, m.76), Modric; Bale (Lucas Vázquez, m.81), Cristiano Ronaldo y Benzema.

Atlético de Madrid, 1: Oblak; Juanfran, Savic, Godín, Filipe; Koke, Gabi, Saúl (Correa, m.62), Carrasco (Giménez, m.86); Griezmann y Fernando Torres (Thomas, m.78).

Goles: 1-0, m.52: Pepe. 1-1, m.85: Griezmann.

Árbitro: De Burgos Bengoetxea (colegio vasco). Amonestó a Casemiro (37) y Carvajal (87) por el Real Madrid; y a Saúl (51), Godín (61) y Koke (88)por el Atlético.

Incidencias: encuentro correspondiente a la 31a jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 80.000 espectadores.

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