Entrenamiento a puerta abierta de la selección española en la Ciudad Deportiva de Las Rozas.
Muchas familias aprovechan el buen tiempo para ir a ver a sus ídolos. Niños, madres, abuelas... todos esperan con ilusión poder disfrutar de un entrenamiento de la Selección. Otros acuden, silbato en mano, para expresar su disconformidad a la convocatoria de Gerard Piqué. Un Piqué que no dudo en apoyar públicamente el referéndum ilegal del 1-0 ni en arremeter contra la actuación de la Guardia Civil, estando, incluso, concentrado con la propia selección española.
''Han actuado con profesionalidad y de modo proporcional y proporcionado''. https://t.co/FLHvhmwJ8L
— Gerard Piqué (@3gerardpique) October 2, 2017
La misma Guardia Civil que critica Piqué, es la que está presente en las gradas para asegurar que el entrenamiento transcurra con la mayor normalidad posible.

El entrenamiento se convierte en un esperpento. Pitos e insultos a Piqué marcan el paso. Lopetegui, para proteger a su pupilo, decide que los ejercicios de entrenamiento se lleven a cabo en la parte del campo más alejada de la grada.

Tras poco más de diez minutos, Julen decide dar por finalizado el entrenamiento. Solo se quedan en el terreno de juego Saúl, Koke, Thiago, Pedro y los tres guardametas -Reina, De Gea y Kepa-. Tras un par de ejercicios, también se retiran.
Los asistentes se sienten engañados. No han podido disfrutar de su Selección. El viaje a Las Rozas... en balde. Algunos llegaron a pedir el día libre en el trabajo. Piqué centró todas las miradas y, también, condicionó el entrenamiento de Lopetegui. Julen protegió a Gerard, pero al mismo tiempo, aisló a toda la Selección de la afición española e hizo que muchos de los presentes se fueran con la sensación de que el técnico vasco se había reído de ellos en la cara.