Kakha Kaladze, exjugador del Milan e internacional con Georgia en 83 ocasiones —50 de ellas como su capitán—, será el alcalde de Tiflis, ciudad de un millón y medio de habitantes, durante los próximos cuatro años. En 2012, con 34 años, Kaladze —considerado el mejor defensa georgiano de todos los tiempos—, colgó las botas para abrazar la política, ámbito en el que también ha cosechado importantes éxitos.
Su victoria en las municipales del pasado sábado, en las que se impuso con el 51,3 por ciento de los votos a sus rivales, sin dejarles posibilidades de repesca en forma de segunda vuelta, se añade al gran palmarés de Kaladze, el único jugador del espacio postsoviético que ha ganado dos Champions, ambas con el Milan.
Entre las primeras felicitaciones que recibió el alcalde electo de Tiflis estuvo la del exprimer ministro italiano y antiguo propietario del Milan, Silvio Berlusconi, quien le deseó una "gestión exitosa". El legendario Paolo Maldini, de quien Kaladze fue compañero de zaga en el Milan, expresó su "alegría por la victoria" de su amigo georgiano.
En sus carteles electorales, Kaladze aparecía con su esposa y sus tres hijos, todos ellos con la camiseta del Dinamo de Tiflis, el club más popular del país y en el que comenzó su carrera como futbolista. Llamó a su hijo mayor, de 8 años, Leván, en memoria de su hermano menor, que en 2001 fue secuestrado y más tarde asesinado por sus secuestradores. Éstos exigieron un rescate de 600.000 dólares, que Kaladze se mostró dispuesto a pagar, pero finalmente mataron a su rehén, temerosos de ser descubiertos, como explicaron al ser detenidos.
Si bien es la primera vez que el exmilanista accede a un cargo de elección popular, Kaladze no es ningún novato en la política: dejó el fútbol para convertirse en uno de los rostros de Sueño Georgiano, que en las parlamentarias de 2012 desbancó al Movimiento Unidos Nacional del ya expresidente Mijaíl Saakashvili.
En el nuevo Gobierno, Kaladze fue nombrado viceprimer ministro y titular de Energía, puesto que ocupó durante cuatro años y medio y que dejó para competir por la alcaldía de Tiflis. "Adopté una decisión correcta. Quería estar con mi pueblo, con mi país", declaró Kaladze al hacer un balance de sus cinco años en política.
Cuando todavía militaba en las filas del Milan, Kaladze comenzó probar suerte en el mundo de los negocios, en particular en el sector bancario y energético, así como en el de la restauración. Al asumir la titularidad de Energía, vendió su participación —el 45 por ciento de las acciones— de una de las compañías energéticas del país.
Aunque los medios son cautelosos sobre las perspectivas políticas de Kaladze, hay cierto consenso en que la alcaldía de Tiflis no parece ser el último escalón en la fulgurante carrera política de uno de los mejores futbolistas georgianos de la historia.