El fútbol chino, hasta hace muy poco, era la gran amenaza del fútbol europeo y la razón era simple: dinero por castigo, fichajes estratosféricos y sueldos fuera del mercado actual. Con ese modo de operar, los principales clubes del viejo continente empezaban a tener pánico a las continuas ofertas asiáticas que recibían sus estrellas. Jugadores como Tévez, Ramires o Hulk son buenos ejemplos.
Europa temblaba con China, pero parece que ese miedo debería ir desapareciendo poco a poco. El fútbol chino está, según los últimos estudios, en una clara crisis económica provocada por ellos mismos y sus gastos en fichajes y sueldos.
El mantenimiento de sus plantillas se empieza a hacer insostenible y varios equipos podrían ser desafiliados de la Asociación China de Fútbol ya que no cumplen con los contratos firmados con los jugadores. El último ultimátum al que tuvieron que hacer frente tuvo lugar en agosto, pero podría haber muchos más si no cambian su política económica.
Los equipos amenazados este verano fueron trece: Shanghai Shenhua, Changchun Yatai, Chongqing Dangdai Lifan, Hebei China Fortune, Guangzhou Evergrande, Shanghai SIPG, Beijing Guoan, Guangzhou R&F, Jiangsu Suning, Liaoning WhowinmTianjin Quanjian, Tianjin TEDA y Shandong Luneng Taishan.