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Copa del Rey

El Déjà vu de Sergio Rico mantiene con vida el sueño de Leganés (1-1)

El portero del Sevilla cometió el mismo error que ante el Getafe y Siovas neutralizó el tanto inicial de Muriel. Hubo una parte para cada equipo. 

El portero del Sevilla cometió el mismo error que ante el Getafe y Siovas neutralizó el tanto inicial de Muriel. Hubo una parte para cada equipo. 
Siovas marca el gol del empate para el Leganés. | EFE

Son un dueto de errores consecutivos en dos partidos y amnos ante equipos madrileños. Sergio Rico debe tener pesadillas con el sur de Madrid porque Getafe y Leganés le han dado sendos disgustos en menos de una semana. Ante los azulones, el error costó dos puntos, pero la Liga da mucho más margen de maniobra que la Copa del Rey. El torneo del KO se llama así por algo y pese a que el 1-1 en Butarque es un resultado más favorable al Sevilla que al Leganés, las sensaciones andaluzas son de haber dejado al rival vivo cuando pudo haber quedado casi sentenciado.

El fallo recurrente de Rico en balones sagrados para porteros importantes, independientemente de si hay o no falta leve de Siovas, permite al Leganés creer con la misma fe con la que creyeron en la remontada ante el Real Madrid. Incluso con más ya que un 1-1 es más que el 0-1 de los cuartos de final. Garitano y los suyos nunca se dan por vencidos y ya veremos si el tanto del Leganés en Madrid bien puede valer una final de Copa. El Sánchez Pizjuán ya mira con el ceño fruncido al equipo que más ha revolucionado la Copa este año.

Buen Sevilla en el inicio

No es fácil jugar un partido vistoso en Leganés. El equipo de Garitano es un conjunto positivamente pesado, que agobia al rival y que si no tiene el día intenta complicárselo todo lo posible al oponente convirtiendo Butarque en un campo con pocos espacios y casi tiempo para pensar. El Sevilla lo sabía, pero el disfraz de equipo con oficio le viene que ni pintado al estilo que quiere imponer Montella en el club hispalense. Lo único que necesita es mantener ese gen durante todo el partido, algo que no pasó en Madrid.

Aparte de parapetarse bien atrás y tener pegada arriba, el Sevilla demostró en la primera parte que tiene mucho fútbol en su centro del campo. N´Zonzi ha regresado para gobernar la parcela ancha del campo y hacer la vida más fácil a todos sus compañeros mientras que Banega y Sarabia ponen la visión de juego y el desborde que necesita un equipo para pasar de simplemente rocoso a aspirante. Con esas bases, el primer acto fue más sevillista que pepinero.

El Leganés nunca estuvo cómodo sobre el césped y apenas vio la luz con algún que otro arranque de Amrabat en el juego interior. Garitano veía que su equipo no encontraba presencia en campo contrario y sólo esperaba no cometer ningún error tonto en la defensa. Montella, todo lo contrario en lo primero y mismo pensamiento defensivo en lo segundo. Si su equipo seguía creciendo aunque no fuese cerca del área madrileña, los metros se irían reduciendo hasta encontrar el gol.

Muriel puso la guinda al planteamiento de su técnico en el minuto 20 recibiendo el balón en la parte derecha del área y cruzando la pelota entre el defensa y el portero. Ni el tiro fue bueno ni mucho menos lo fue la intervención de Champagne. El guardameta argentino sabía perfectamente que Muriel sólo tenía la opción de cruzar el balón a no ser que sacara una bomba teledirigida al palo corto. Aún así, su estirada fue justita y el balón entró con menos oposición de la que debería haber tenido. El portero local fallaba, pero no sería el único.

Sergio Rico tropieza con la misma piedra

Eraso fue la variación de Asier Garitano en el descanso para que el Leganés diese un paso al frente. El vasco entró en la reanudación y su equipo se volvió más ofensivo. Sin embargo, no necesitó de aciertos propios el cuadro pepinero porque que se encontró, sin esperarlo, con el regalo que Sergio Rico nunca debió conceder. En el 56’, Siovas pasaba por el área pequeña en un córner, vio como la pelota se dirigía hacia él y casi sin querer la pelota cayó en su cabeza y de su testa pasó a la red. Cambiamos el punto de vista. Minuto 56, Sergio Rico ve como el esférico llueve del cielo con todo el tiempo del mundo para hacerse con él y de repente ni balón ni 1-0. 1-1 y empate. No se lo creían ni Siovas ni Rico, pero sí se lo creyó Butarque.

Seguramente las quejas del portero sevillista hacia González González fueran acertadas. Siovas sube el brazo y sólo con eso se puede pedir falta. Lo único que falla en el razonamiento es que a veces, por suerte, no se es tan meticuloso con esa famosa norma de "no poder tocar al portero dentro del área pequeña". Suerte porque hay balones y balones y el que caía del cielo de Butarque, te pongan o no la mano arriba, era de Sergio Rico a todos los efectos. La cara del portero en zona mixta no era de enfado sino de culpa.

Después del empate, adiós Sevilla. El Leganés creció en todos los aspectos del juego y sin generar demasiado peligro tuvo alguna que otra opción para ganar el partido. La vuelta en Sevilla promete emociones fuertes. Quizá allí el que falle lo acabe pagando definitivamente. La ida, sólo por el resultado, que no es poco, beneficia a los andaluces.


Ficha técnica

CD Leganés, 1: Champagne; Tito, Bustinza, Siovas, Raúl García; Gumbau, Brasanac (Eraso, m.46); El Zhar (Diego Rico, m.82), Amrabat (Omar Ramos, m.75), Gabriel; y Beauvue
Sevilla FC, 1: Sergio Rico; Jesús Navas, Mercado, Lenglet, Escudero; Nzonzi, Banega; Sarabia, Correa, Franco Vázquez; y Muriel (Nolito, m.75)

Goles: 0-1, m.20: Muriel; 1-1, m.55: Siovas
Árbitro: José Luis González González (Comité castellano-leonés). Amonestó a Brasanac (m.23) y Omar Ramos (m.88), del Leganés; y a Escudero (m.47), Mudo Vázquez (m.65), Lenglet (m.73) y Sarabia (m.86), del Sevilla
Incidencias: Partido de ida de semifinales de la Copa del Rey disputado en el estadio de Butarque (Leganés) ante 11.454 espectadores

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