Las estafas en el mundo del fútbol están a la orden del día. El último caso nos lleva hasta Lituania. El FK Panevezys, de la segunda división, presentó a bombo y platillo a su último fichaje, el angoleño Barkley Miguel-Panzo.
La historia curiosa de este exótico fichaje es la herramienta que utilizó el equipo lituano para lanzarse a cerrar el fichaje de Panzo. Ni ojeadores, ni programas como Wyscout, plataforma con la que trabajan varios equipos para seguir jugadores... La Wikipedia fue la clave de todo. La enciclopedia libre describía al angoleño como un auténtico killer. 45 goles en 36 partidos con el Queens Park Rangers entre 2010 y 2012, y tres internacionalidades con Angola, en la Copa de África.
Los dirigentes del FK Panevezys se frotaban las manos. Veían el fichaje de Pano una auténtica ganga. Temerosos de que se les escapara el fichaje, cerraron la operación de manera urgente y anunciaron orgullosos que fichaban a un "gran goleador ex Queens Park Rangers que ha sido tres veces internacional con Angola".
Tras ser presentado, llegó el chasco. Los datos que aparecían en la Wikipedia eran falsos. Ni jugó en QPR ni con su selección en partidos oficiales. Su carrera futbolística ha transcurrido en las categorías inferiores entre Francia y Suecia. El colmo del esperpento fue la difusión de un supuesto patrocinio de Panzo con una prestigiosa marca de relojes sueca. También resulto ser falso.
Incredible story in Lithuanian football. 2nd division side Panevėys have signed Barkley Minguel-Panzo and seemed to believe in his fake story. His Wikipedia page states he scored 45 goals in 36 matches for Queens Park Rangers. He actually never played for them. pic.twitter.com/I1eMPNIeGO
— Justas Kontrimas (@ClaretLTU) February 2, 2018
¿Quién puede dedicar su valioso tiempo a meter estadísticas infladas de un jugador en la Wikipedia? Tiene toda la pinta que alguien del entorno de Barkley Miguel –¿será su nombre real?–, se la ha dado con queso al equipo lituano.
El contrato de Panzo con el FK Panevezys ya está firmado. Los responsables de su fichaje rezan para que el delantero angoleño, al menos, sepa disparar a puerta y el ridículo no sea tan mayúsculo.