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Los otros motivos del adiós de Zinedine Zidane

El técnico francés se marcha alegando imposibilidad de continuar con el proyecto. A continuación, más motivos...

El técnico francés se marcha alegando imposibilidad de continuar con el proyecto. A continuación, más motivos...
Zidane, en Valdebebas | EFE

Zinedine Zidane se reunió en la tarde del miércoles con el presidente del Real Madrid para comunicarle su intención de marcharse. El francés, tras ganar la tercera Champions consecutiva y situarse como el segundo mejor entrenador en la historia del Real Madrid por todo lo logrado en dos años y medio, toma la decisión de marcharse "por motivos personales".

Durante este tiempo, a Zidane se le ha acusado de ser un mero gestor del vestuario a pesar de demostrar tácticamente sobre el terreno de juego que sólo alineando a once no basta. El francés ha hecho caso omiso de las críticas y ha seguido sumando títulos, pero ahora ya no puede más con la situación.

Zidane alega que"este equipo no va a poder seguir ganando" con él al frente y que "necesita cambios" para los que no se ve capacitado.

Leganés: un punto y aparte para Zidane y su familia

El francés se enfrentó a su peor momento tras la eliminación en Copa del Rey a manos del Leganés en el Santiago Bernabéu y con la Liga también convertida en una quimera. En el momento más duro en lo profesional, aparecieron los motivos personales. Según pudo saber en el mes de enero el Grupo Libertad Digital, el francés tenía decidido marcharse de la entidad blanca, "independientemente de cómo terminara la temporada". Una fuente cercana al técnico francés, nos contó en aquel momento que Zidane estaba recibiendo presiones familiares para marcharse cuando terminara la temporada.

Sus hijos buscan labrarse su propio camino en el fútbol, huyendo incluso de la utilización del nombre del padre. En el caso de Enzo, utiliza el apellido de su madre, y Luca, evita usar su segundo nombre: Zinedine. Quieren ser jugadores por derecho propio y la madre, según supo en su momento LD, trató de convencer a Zizou de ello.

Zidane lo ha ganado todo al frente del Real Madrid y, como ya hiciera como jugador, toma la decisión de marcharse en un momento en el que muy poca gente se marcharía. Es un personaje peculiar para este tipo de toma de decisiones y ya es la segunda vez que lo hace.

Fichajes que incomodaron

Probablemente, apreciado lector, cuando hablamos de fichajes incómodos lo primero que haga sea pensar en los nombres que menos ha utilizado el galo al frente del Real Madrid. Ceballos o Llorente no han contado para Zidane y fueron fichajes con los que no estaba emocionado, pero estos no son a los que nos referimos.

Cuentan a Libertad Digital que exjugadores como Raúl González Blanco, Álvaro Arbeloa o Xabi Alonso tampoco serían del agrado de Zidane. Todos ellos se han acercado de nuevo al club blanco: el primero forma parte de la estructura de presidencia del Real Madrid, el segundo está en Real Madrid TV y el tercero se encontraría a la espera de destino dentro de la fábrica blanca.

Los que están por llegar y por qué no fichó

Zidane ha ganado mucho y ha pedido poco. Ni le importó el dinero propio cuando accedió al cargo ni quiso realizar grandes dispendios para el vestuario blanco. Mbappé, Neymar, Kepa... son nombres que el Real Madrid ha tenido prácticamente atados y que no han llegado a la entidad de Chamartín porque Zidane no ha querido sacudir el vestuario.

El grupo era lo primero y los jugadores han salido a arropar a aquellos que han estado a punto de marcharse. Por el vestuario no se hubiera marchado ninguno de los que se marcharon en estos años pero tampoco quisieron que llegara nadie. Un ejemplo claro lo hemos tenido en Keylor: ni quisieron que fuera vendido, ni quisieron que llegara nadie.

Pero para la reestructuración hace falta alguien sin deudas. Zidane le debe al vestuario todo lo que ha ganado en los últimos dos años y medio. Lo sabe, y por eso les ha permitido que influyeran en muchas de las decisiones del club. Pero toca afrontar muchas acciones traumáticas: la más que posible salida de Bale, la tediosa negociación con Cristiano, la búsqueda de un delantero que relegue a Benzema, así como la portería o la llegada de un quinto central u otro lateral derecho. Una reestructuración en toda regla que requiere de valentía y energías renovadas. El club tutelará todos los cambios a pesar de los deseos de la plantilla.

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