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¿Qué le pasa al Atlético de Madrid con las jugadas a balón parado?

El conjunto rojiblanco ha pasado de causar pánico en las jugadas de estrategia a tener que analizar la razón de su falta de eficacia.

El conjunto rojiblanco ha pasado de causar pánico en las jugadas de estrategia a tener que analizar la razón de su falta de eficacia.
Simeone en rueda de prensa la temporada pasada. | EFE

El Atlético de Madrid tiene muchas armas y con Simeone todos los valores del equipo y del club han crecido de manera espectacular desde diciembre de 2011 hasta la actualidad. En siete años, el Cholo ha creado un estilo de juego basado en el bloque y en la intensidad, elementos que le han permitido ganar siete títulos, tres nacionales y cuatro continentales. Sólo se le ha resistido la Champions con dos finales perdidas en 2014 y 2016. Son números históricos para el club madrileño.

Es innegable que el Atlético ha mejorado hasta convertirse en una potencia mundial, pero hay un registro que últimamente le está causando bastantes quebraderos de cabeza al cuerpo técnico rojiblanco. El bagaje ofensivo a balón parado ha disminuido su efectividad y los réditos que antes se traducían en goles y puntos han bajado de igual forma.

Según ha podido saber Libertad Digital, la temporada pasada se estudió de forma global e individual qué estaba ocurriendo con las jugadas a balón parado. Se revisó cómo se lanzaban los córners y faltas, dónde, hacia qué lugares del área iban dirigidos y también quién era el encargado de golpear el balón. El cuerpo técnico pidió ese análisis para estudiar qué estaba fallando y así poder corregir los errores.

La pasada temporada, el Atlético marcó 96 goles entre todas las competiciones anotando 16 tantos a balón parado divididos en seis penaltis, cinco en saques de esquina, 2 en jugadas botadas tras falta, 2 libres directos y uno indirecto. A nivel de puntos obtenidos gracias a estas acciones destaca el conseguido ante el Girona con gol de Giménez, los tres puntos en Balaídos merced a un gol de Gameiro y las victorias por la mínima y de penalti ante Alavés y Deportivo de la Coruña. Otro tanto de Thomas en una falta indirecta otorgó tres más al casillero rojiblanco. Esos goles fueron decisivos y le dieron al equipo del Cholo 13 puntos. Aún así, un tanto por ciento importante de los goles llegaron con penas máximas y están lejos de los mejores registros colchoneros.

El Atlético Aviación reapareció en la 13/14 y 14/15

Para ver el máximo exponente de la reducción importante de rendimiento en las jugadas a balón parado hay que fijarse en la temporada 2013/2014. Sólo en Liga, conquista por el Atlético ese curso, el cuadro de Simeone anotó 21 de los 77 goles totales entre córners, faltas y penaltis.Hasta en 12 ocasiones, un saque de esquina rojiblanco acabó en gol. Doce contra los cinco cosechados el año pasado. La cifra ha bajado considerablemente, pero más allá de los datos están las sensaciones. Ese Atlético daba mucho miedo en "pelota parada". A día de hoy, la afición y el cuerpo técnico tienen la sensación de haber perdido un arma importante.

Aparte del la mágica temporada 2013/2014, los colchoneros también recuperaron el mote de Atlético Aviación al año siguiente. De hecho hubo varios momentos de la temporada en la que se criticaba a los hombres del Cholo por lograr los puntos a base de jugadas de estrategia. El argentino comentó varias veces que los goles eran "igual de válidos" en acciones aéreas que en jugadas con la pelota en movimiento. En su día se criticó fuera del club, hoy se echa de menos dentro del mismo.

En la plantilla varios hombres destacaron durante esos dos años. Raúl García, Miranda, Godín, Tiago o Diego Costa (13/14) rubricaron con sus acciones la estrategia rojiblanca. Los goles de los dos primeros sumaron puntos decisivos en la conquista de la Liga y no hay que olvidar que fue Godín el encargado de dar el triunfo final en el Camp Nou con un testarazo a la salida de un córner botado por Gabi. Miranda, un año antes y previo rechace, dio una Copa del Rey de forma parecida en el Santiago Bernabeú.

¿Qué ha cambiado?

Hay varios elementos que han ido variando en el Atlético de Madrid y su efectividad a balón parado. Uno de los más importantes es que los rivales han ido aprendiendo a detener las acciones rojiblancas. Simeone es consciente de que una misma arma sin evolucionar acaba convirtiéndose en previsible y, de momento, se sigue buscando la tecla correcta para volver a crear el caos aéreo del pasado.

También se han perdido por el camino a hombres con mucho potencial rematador. Raúl García era el mejor ejemplo seguido por Miranda. A ellos se unió en 2014 Mario Mandzukic. La altura de Mario Suárez era otro elemento importante al igual que la presencia de Tiago a la hora de buscar el remate o generar jugadas de estrategia. Torres puso más altura cuando estuvo sobre el terreno de juego. Todos ellos ya no están y, por el momento, jugadores como Stefan Savic, Saúl o Thomas no han igualado los números de sus antecesores.

Otro elemento a destacar es que José María Giménez, baluarte a nivel aéreo para el Cholo, no es titular indiscutible y lleva tres años viviendo a la sombre de Savic. El montenegrino sólo ha marcado un gol con la camiseta rojiblanca.

La maldición del centro corto

Todo lo citado anteriormente es palpable para el seguidor del Atlético que lo ve desde fuera y también para los que lo ven desde dentro, sin embargo, lo que más chirría últimamente es que la mayoría de lanzamientos del cuadro de Simeone, aparte de no encontrar rematador, se suelen quedar cortos o muy cortos. Falta mucha precisión en el lanzamiento llegando a ser imposible ni siquiera el hecho de prolongar en el primer palo para buscar un cabezazo o remate posterior.

Koke sigue siendo el principal lanzador en jugadas de estrategia y no está atravesando su mejor momento. Alterna envíos perfectos con otros muy defectuosos. El Cholo ha probado con diferentes lanzadores en las últimas temporadas. Gabi ya era un fijo, pero al excapitán se han unido hombres como Griezmann.

Este es el balance a balón parado de este año con diferentes lanzadores:

En el Atlético no están preocupados, pero sí ocupados. Ha bajado la efectividad, pero el equipo sigue compitiendo y logrando éxitos. Aún así, la llegada de lanzadores como Lemar y la aparición de Rodrigo para sumarse al ataque deben dar más peligrosidad al juego aéreo del equipo madrileño. Llegar a las cifras del año 2014 es complicado y depende de muchos factores, pero se intentará mejorar de forma ostensible los registros actuales.

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