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El Atlético vuelve a dispararse en el pie en Montilivi (1-1)

El cuadro rojiblanco regaló al Girona el primer gol de penalti de Stuani y reaccionó en los minutos finales con el tanto en propia meta de Ramalho. 

El cuadro rojiblanco regaló al Girona el primer gol de penalti de Stuani y reaccionó en los minutos finales con el tanto en propia meta de Ramalho. 
Lemar fue de más a menos. | EFE

De empate en empate y tropiezo en la misma piedra porque me toca. Al Cholo no le gusta este juego, pero el Atlético de Madrid ha caído en los dos últimos partidos ligueros en las mismas trampas que le han hecho perder muchos puntos esta temporada. Frente al Barcelona no supieron echar el cerrojo a la portería y acabaron perdiendo dos puntos. En Montilivi ante el Girona regalaron la acción del penalti que acabó con el 1-0 inicial y se perdieron una y otra vez ante una defensa de cinco con tres centrales y dos carrileros. Déjà vu.

Aparte del mal partido a nivel ofensivo y global, el plano individual vuelve a reflejar que para el Atlético hay una suma que se tiene que dar sí o sí para ganar los partidos complicados en los que el rival no te regala ni un sólo centímetro. Simeone sabe que para él 6+7 son tres puntos. Traducción: Koke y Griezmann a buen nivel y el Atlético aumentará de forma exponencial sus posibilidades de ganar. En Montilivi ni 6 ni 7 y el resultado fue un punto, y gracias.

El Girona volvió a amargar la tarde al Atlético con Stuani manteniendo su racha goleadora desde el punto de penalti. Sólo Ramalho evitó una alegría mayor en tierras catalanas. La maldición de los madrileños es no ganar en Montilivi. La del Girona es no terminar de rematar a su rival.

Tiro en el pie

Empate y gracias en Gerona con un nuevo quiero y no puedo del cuadro rojiblanco ante equipos con defensa de cinco. Eusebio opta por ese sistema en el Girona y para el Atlético esa estrategia rival es como la Kryptonita para Superman. Según la ven se echan a temblar y pese a buscar de cualquier manera romper ese cerrojo rival no hay manera de hacerlo.

El Atlético fue dueño y señor de la primera parte para bien y para mal. Cuando estuvieron acertados, el balón sólo estuvo en las zonas en las que el equipo del Cholo es más peligroso. Jugadores como Lemar y Costa empezaron a combinar. Incluso Saúl empezó a encontrarse cómodo de improvisado lateral zurdo. Además, el Atlético logró contener, casi en su totalidad, a la mayoría de peligros ofensivos del Girona incluyendo a Stuani. No ocurrió como en otros partidos a domicilio donde el Atlético espera y acaba buscando la victoria en la segunda parte. En Girona salieron desde el inicio a por la victoria, pero sus fallos fueron condenatorios.

Con Saúl en el lateral izquierdo, el Girona buscó siempre la presión por esa banda para forzar el uno contra uno con el '8' y así sacar a relucir sus carencias defensivas, pero con un buen sistema de ayudas y con la pareja Rodrigo-Thomas en el doble pivote, el cuadro de Simeone siempre fue un paso por delante. La medular siembre acababa recuperando con rapidez para buscar de la misma forma la portería de Bono, sin embargo, faltaba gol y claridad. Saúl y el larguero fueron buena muestra de esa falta de resolución.

Todos fueron de menos a más en el Atlético hasta los minutos finales cuando la Kryptonita les dejó sin precisión. Fue ahí cuando el Atlético echó por tierra todo lo perfectamente realizado en los 35 minutos iniciales. Koke, tímido a nivel ofensivo y fallón cuando tenía que dar tranquilidad a los suyos, arrancó el carrusel de fallos que finalizó Rodrigo. El '14' se equivocó en un pase atrás y la jugada acabó con penalti de Oblak. El VAR corrigió al árbitro que lo vio fuera y Stuani anotó el 1-0.

En la segunda parte, Correa a escena por Rodrigo para alejar la Kryptonita de la línea de cinco gerundese, pero más de lo mismo. Koke, pese a estar muy por debajo de su nivel, jugó los 90 minutos y la afición empieza a preguntarse con insistencia si sería tan terrible quitar al '6' en algún partido. A Simeone sí se lo parece porque nunca lo hace. El Atlético, mientras tanto, convirtió cada ataque en una acción de balonmano, horizontal y previsible.

Menos mal que Correa es el único anarquista que enloquece los partidos sin pedir permiso y fue precisamente él el que rompió la defensa del Girona con un pase largo que pinchó maravillosamente Costa y se marcó en propia puerta Ramalho. De ahí al final, el partido pudo ser para cualquiera. Simeone tiró de Gelson, que tuvo la más clara del Atlético, pero Iraizoz, suplente de Bono y protagonista por la lesión del marroquí, se hizo enorme ante el luso y evitó el gol. Por parte, local, Portu casi da la victoria al equipo de Eusebio en la más clara del Girona.

Finalmente, reparto de puntos y el Atlético a expensas de lo que hagan Barcelona y Sevilla. Quizá haciendo los deberes antes, no haya que esperar a los demás.

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