Al final, ni Cristiano sin el Madrid, ni el Madrid sin Cristiano. El binomio que ha dominado Europa durante las últimas tres Champions está sin objetivos en abril, porque sí, la Juventus está viva en la Serie A, y si no es en esta jornada (difícil que no se proclame vencedor en este fin de semana), será en la que viene cuando el equipo de Turín consiga otro Scudetto más. El gran objetivo de la Vecchia Signora era la Orejona. Una competición que lleva sin ganar desde 1996 y en la que suma cinco subcampeonatos de sus últimas cinco finales. La última, de hecho, su verdugo fue el mismo Cristiano gracias a su doblete, y los goles de Casemiro y Asensio.
Ayer en el Juventus Stadium se certificó que Cristiano no es lo mismo sin el Real Madrid, y se demostró que el Madrid no es el mismo sin su máximo goleador de toda su historia. Es obvio que la Juve siempre va a ser favorita, por su historia y su potencial; pero el KO que el Ajax propinó ayer en Turín deja muy tocado a un equipo que había tirado la casa por la ventana contratando al dominador de Europa en los últimos años, quitándoselo al Rey del continente, demostrando el poderío no solo deportivo, sino también económico y de atracción de la Juventus.
En números, el que sale perdiendo de lejos es el Real Madrid. Al final, rellenar el vacío de una media de 50 goles por temporada es muy complicado. Más si cabe, si no tienes a un jugador o jugadores que al menos puedan acercarse a esa cifra entre ellos. Benzema es el único que se salva gracias a los 27 goles anotados. Pero, al bagaje ofensivo de Karim hay que sumar el de otros, porque si no es muy complicado. Ese hombre era Gareth Bale, que a seis jornadas del final de temporada no ha estado ni a un universo del nivel que tendría que haber estado. Pedía protagonismo y responsabilidad cuando estaba a la sombra de CR7. Esta temporada lo ha tenido, pero ha estado tras su propia sombra. Escondido, con mala relación en el vestuario (ejemplo, la reacción con Lucas Vázquez ante el Levante), con un divorcio total con el Bernabéu y el madridismo, sin adaptarse al idioma ni al país llevando seis años en el club, y un largo etcétera que ha hecho de esta temporada un polvorín para Bale. Todo esto ha hecho que esté en la rampa de salida.
Por su parte Cristiano, se podría decir que ha salido ganando. Sus números no están del todo mal, aunque no llegan a los que tenía en la Castellana. Suma un total de 19 goles y ocho asistencias en la liga, campeón de Supercopa italiana y virtual campeón de la Serie A. Aunque su objetivo no era otro que levantar con un tercer equipo la Champions, y demostrar que es el mejor jugador y que habría conseguido ese reto que se impuso al salir del Madrid en el pasado verano.
Este verano va a ser intenso tanto en Madrid como en Turín. Ambos equipos deben reconstruirse para hacer dos proyectos que puedan aspirar a todo —más el Madrid que la Juve—, pero está claro que el Madrid no es lo mismo sin CR7, ni CR7 es lo mismo sin el Madrid.