Diego Maradona, el documental de Asif Kapadia sobre la carrera del mítico exfutbolista argentino, se estrena este jueves en los cines de toda España. Estamos ante una reveladora y frenética obra sobre los polémicos años del Pelusa en el Nápoles, adonde llegó el argentino en 1984 tras la complicada etapa vivida en el FC Barcelona. Allí, en el conjunto azzurro, renació de sus cenizas y llevó a un club humilde a lo más alto del Calcio italiano en dos ocasiones (1987 y 1990), mientras hacía a Argentina campeona del mundo (1986).
Pero en esa misma etapa, Maradona también vio cómo su vida personal empezaba a tambalearse, con fiestas de tres días marcadas por la cocaína, un hijo no reconocido y sus amistades peligrosas con la Camorra napolitana, que le regalaba un Rolex de oro sólo por acudir a sus eventos y posar para la foto. Ahí comenzó el principio del fin del Pelusa, un futbolista de leyenda, para muchos el mejor de la historia por encima de Pelé o Leo Messi.
Por todos es conocido todas las polémicas que Diego ha vivido en estas últimas décadas, especialmente fuera de los terrenos de juego, pero el retrato que de él hace Asif Kapadia (Londres, 1972) en esta magnífica obra que llega ahora a los cines españoles es demoledor. "Héroe. Dios. Rebelde. Tramposo", así fue el paso del argentino por el Nápoles, según se refleja en el documental del prestigioso cineasta británico de origen indio, que además de haber dirigido Amy —la película sobre la estrella Amy Winehouse— también llegó a la gran pantalla la vida del mito de la Fórmula 1 Ayrton Senna.
El largometraje sobre Maradona, de dos horas de duración, se centra en los dos Mundiales que jugó con Argentina durante esa etapa (1986 y 1990).
"La única razón por la que Maradona sigue vivo son sus hijos". Así de rotundo se muestra Kapadia en una entrevista con Efe. "Ellos son quienes lo han rescatado cuando ha estado al límite", indica el ganador del Oscar al mejor documental por Amy. "Son su elemento salvador más allá del fútbol, en el que no ha estado involucrado durante mucho tiempo por su salud. Sus hijos lo quieren de forma incondicional, incluso cuando no está bien y tiene paranoias", explica el londinense. "A veces", continuaba, "cree que le roban o le engañan, pero nunca pensaría así de sus hijos. Y eso que son más duros con él que otra gente a su alrededor".
Kapadia es un gran aficionado al fútbol, reconocido hincha del Liverpool. El cineasta admite que no sabía demasiado sobre la vida de Maradona y que desconocía los detalles de su etapa en Nápoles, aunque ya fantaseaba de joven con dirigir una obra sobre el argentino tras leer una biografía que le descubrió sus humildes orígenes en Lanús Oeste (Buenos Aires). "No tuvo una infancia normal y sufrió el síndrome del niño estrella. Con 15 años le compra una casa a sus padres. A partir de ese momento, ¿quién le va a decir que no? ¿Quién le va a detener? Si le miras, aún es un adolescente. Siempre lo ha sido. No ha madurado. Abandonó su casa y nunca volvió", declaró Kapadia.
"No ha parado de viajar desde entonces. Si cometía errores, no los afrontaba, solo corría al siguiente lugar. En cierto sentido, es un chico que aún busca un hogar y una familia. Cuando tuvo ambos, en Nápoles, los rechazó. Y ahí es cuando se complicó su problema con las drogas", valoró el cineasta.
Kapadia sorprende con un material inédito gracias a las grabaciones que ordenó en 1981 el primer representante del jugador, Jorge Cysterszpiler, quien tenía en mente rodar una película sobre su vida. Pero Maradona lo despidió y aquellas cintas quedaron olvidadas... hasta ahora. Eso, sumado a las colecciones personales de aficionados del Nápoles, permite al realizador y a su equipo montar un vibrante relato que mezcla escenas épicas, íntimas y costumbristas para transmitir al espectador el delirio y la locura de la ascensión y caída de Dios en la tierra partenopea. "Se presentó la oportunidad de rodar esta historia y me atrajo el reto de contar una etapa de su vida que no es muy conocida", indica Kapadia. "Es difícil acercarse a Maradona, conocerlo y que se abra. No creo que lo haya hecho mucho en su vida", señaló el cineasta, que sacó oro de sus encuentros con él, incluidos en el documental a modo de voz en off.
Fútbol, cocaína, prostitutas y la Camorra. La vida de Maradona en Nápoles ha originado ríos de tinta y ahora es llevada a la gran pantalla de la mano de Asif Kapadia.
El 5 de julio de 1984 comenzaba uno de los romances más fuertes que el fútbol ha visto jamás. Ese día, ante un estadio San Paolo repleto, Maradona era presentado como nuevo jugador del conjunto azzurro, adonde el Pelusa aterrizaba a cambio de 14.000 millones de liras de la época (7,32 millones de euros). El Barça había fichado a Maradona dos años antes por 1.200 millones de pesetas y lo traspasó en 1984 por 1.400 millones, de nuevo el traspaso más caro de la historia hasta entonces —fue superado por Ruud Gullit, a cambio de 10,9 millones de euros actuales, en 1987—.
En aquella presentación, un periodista preguntó a Maradona: "¿Sabe usted qué es la Camorra y que el dinero de la Camorra está en todas partes, incluso en el fútbol?". Corrado Ferlaino, presidente de la entidad italiana, prohibió a Diego que contestara. Cogió el micrófono y expulsó de la sala al periodista, al que acusó de relacionar sin pruebas al Nápoles con la organización mafiosa.
Maradona no tenía ni idea de qué era la Camorra, pero pronto se entregó a ellos: se hizo amigo íntimo de Carmine Giouliano, en una relación que acabaría siendo su fin en el Nápoles. En el club italiano en particular y en el mundo del fútbol en general para acabar convirtiéndose, años después, en una caricatura de sí mismo. Aquellos pies maravillosos, los del ídolo, no tardarían en hacerse de barro...