Jurgen Klopp aterrizó en Liverpool procedente del Borussia Dortmund en 2015 y, desde ese preciso instante, comenzó a construir un equipo que tocaría techo el pasado mes de junio con la consecución de la Champions League en el Wanda Metropolitano ante el Tottenham. Si bien es cierto que Klopp es uno de los entrenadores con más carisma del panorama fútbol, también es bien conocido por su seriedad y su superstición. Tanto es así que cuando obtuvo la plaza en el banquillo local de Anfield, impuso una norma a todos sus jugadores desde el primer segundo: ninguno volvería a tocar la emblemática placa de la bocana de vestuarios hasta que no se volviese a ganar un título.
"Le he dicho a mis jugadores que no lo tocarán hasta que ganen algo. Es un símbolo de respeto. Yo lo toqué cuando era entrenador del Borussia de Dortmund y perdimos 4-0", recordaba el alemán en el momento de su llegada a Liverpool. Dicho y hecho. La placa con la leyenda "This is Anfield" y el escudo del Pool no volvería a ser manoseada siquiera por el capitán. Nadie tocaría esa placa. Hasta este mismo año.
En el estreno liguero ante el Norwich, el veto se levantaba, ya que, como bien se ha mencionado, se alzaron como el mejor equipo de Europa al levantar la 'Orejona'. Así lo reconocía el propio Wijnaldum en redes sociales con una foto donde él mismo salía tocando la placa. "El boss no nos dejaba tocar la placa hasta ganar un trofeo... ahora es el momento", se sinceraba.
Boss wouldn’t let us touch the sign until we won a trophy… now is the time. #ThisIsAnfield a href="https://t.co/JxNIKmy1oG">pic.twitter.com/JxNIKmy1oG
— Gini Wijnaldum (@GWijnaldum) August 11, 2019
Sin embargo, desde Inglaterra apuntan que pese a que no existía ninguna norma que prohibiese tocarla, únicamente Wijnaldum y Henderson lo hicieron. El resto parecen querer continuar con la superstición y ver si esta temporada consiguen alzarse con la ansiada Premier League.