Kubo dejó constancia de su talento en varias acciones pero la que más llamó la atención fue esta jugada. Takefusa roba el balón en banda pegado a la cal y consigue zafarse de dos jugadores paraguayos a pesar de recibir hasta cinco patadas. La manera en la que conduce el esférico cosido al pie, su inteligencia y la clarividencia con la que ve el fútbol a sus 18 años son oro puro.