Se esperaba una batalla caliente en el Wanda Metropolitano para ver si el nuevo Atlético era capaz de meterle mano en casa al Real Madrid más sólido de lo que va de temporada. Zidane contra Simeone. Joao Félix frente a Hazard. Diego Costa vs Benzema. Las portadas de los periódicos tenían a todos ellos en su principales titulares y el ambiente según se acercaba el partido empezaba a coger el calor habitual que este tipo de derbis tienen antes, durante y después. Sí, había muchas ganas de derbi y aún más ganas de ganarlo, pero también había otra sensación en el aire que acabó por enterrar a las otras.
La gente que llenó el Metropolitano quería fuego en el duelo capitalino, no hielo, pero muy de vez en cuando y dentro de la euforia contenida se escuchaba en la previa un "oye, a los dos no les viene mal el empate". Se escuchaba poco y bajito antes del partido, se empezó a escuchar mucho más fuerte durante el choque y acabó por ser la frase más repetida al final del mismo. En el derbi había ganas de ganar, sí, pero en cuanto alguien soltaba un derechazo al mentón del rival este reculaba y en vez de golpear con la misma o incluso con más fuerza, la opción que eligieron ambos fue no perder la cabeza de un golpe y por consiguiente los puntos.
Cuando en un partido de fútbol los mejores jugadores de cada equipo están en la parcela ancha del terreno de juego y más concretamente en la contención, lo más seguro es que el partido no acabe con el 1-3 de la pasada temporada o en la locura del 7-3 de la pretemporada. En esta liga de sudor y sangre para sumar puntos, Real Madrid y Atlético se subieron al cuadrilátero con los guantes puestos, pero sin buscar en ningún momento el KO del rival. Nadie ganó a los puntos, nadie se llevó los tres a casa y en el Wanda Metropolitano, Madrid y Atlético sellaron un nuevo pacto de no agresión.
Guerra fría desde el inicio
Primera parte de décimas de segundo en el Wanda Metropolitano con dos equipos que ganaban la iniciativa cuando estaban una décima por delante de su rival y la perdían cuando se despistaban en el más mínimo detalle. Sin ser tampoco un acto lleno de verticalidad y emociones fuertes, los equipos de Zidane y Simeone arrancaron el derbi con la misión clara de ir a por primer gol, pero sin perder jamás de vista lo que podía pasar si te equivocas en zonas calientes del terreno de juego. Orden, sí. Anarquía, al principio y al final, ni de broma.
La inclusión de Vitolo en el centro del campo del Atlético le sirvió a los rojiblancos para encontrar una salida interior que favoreciese su juego de asociación, sin embargo, el Real Madrid, que pierde en creatividad cuando no juega Modric, ganó en hermetismo con la aparición en el once de Fede Valverde. Eso le sirvió al equipo de Zidane para trasladar al Metropolitano la versión sólida que puso en liza en el Sánchez Pizjuán y el Atlético tenía que trenzar jugadas de escuadra y cartabón para que la pelota no acabase siempre rebañada por algún jugador del Real Madrid.
A nivel ofensivo, el conjunto merengue buscó siempre la calidad y la velocidad de Bale, Hazard y Benzema, que fueron de más a menos durante la primera parte por el sistema de ayudas del Atlético. Era una partida de ajedrez en toda regla, pero cada ‘pieza comida’ no terminaba de abrir la puerta al jaque mate. Dos ocasiones de Joao Félix y un tiro lejano de Kroos que Oblak blocó con una malo espectacular fueron las mejores ocasiones de una primera parte cuadriculada.
Cambios en las pizarras, pero no en el marcador
Si en la primera parte la igualdad fue la nota predominante, aunque quizá con algo más de peso en el partido para el Atlético, en la segunda sería el Real Madrid el que tendría más empaque y más sensación de saber cómo llegar hacia la victoria final. Con un Benzema estelar en la asociación, el equipo de Zidane fue tapando la ausencia de creatividad en el medio y la desaparición progresiva de un Hazard, que al igual que Joao Félix en el Atlético, se queda en nada si la pelota no pasa por sus pies cada poco tiempo. Ni belga ni luso tuvieron su primer gran día con sus respectivos equipos y sin esos dos misiles a pleno rendimiento, el pacto de no agresión empezó a coger forma.
Pasaron los minutos y los mejores jugadores siguieron siendo Kroos, Fede Valverde, Casemiro y Thomas. Capítulo aparte merece el jugador del Atlético porque en el caso del Real Madrid los tres antes mencionados compartieron el peso de controlar el medio, pero en el cuadro de Simeone todo se lo tuvo que comer solito el pobre Thomas. Robó, abrió huecos, basculó, movió al equipo, ganó metros por potencia… Todo lo hizo él porque Koke y sobre todo Saúl dejaron solo al centrocampista ghanés.
Según se acercaba el final y con Oblak salvando el día ante un cabezazo de libro de Benzema, las dos pizarras se fueron moviendo, pero nadie dio nunca con la tecla. Fue un quiero y no puedo de manual. Correa, Lemar y Marcos Llorente ni restaron ni sumaron mientras que el único que sí dio un plus a su equipo fue Modric. Por el camino la siempre debatible salida del campo de Joao Félix. Para muchos una temeridad y un síntoma de equipo pequeño el quitar al joven que te ha costado 120 millones. Para otros, una opción más si Joao se queda sin respiración a partir del minuto 60. Porque ojo, a nadie se le puede olvidar una cosa: el plan A del Real Madrid jugó el derbi con una semana de descanso mientras que el plan A del Atlético lo fue en Mallorca y lo fue ante su máximo rival. Y el equipo del Cholo sin gasolina…
El 0-0 deja la liga en un puño, muchos debates sobre la mesa con jugadores clave y esa sensación fría que te deja una guerra deportiva que acabó sin vencedores ni vencidos. Quizá en el próximo derbi el pacto se rompa porque varios misiles sí carburen como se espera que lo hagan. Habrá que esperar para ver si el frío se transforma en fuego.
Ficha Técnica:
Atlético de Madrid, 0: Oblak; Trippier, Savic, Giménez, Lodi (Lemar, min. 61); Thomas, Koke, Saúl, Vitolo (Correa, min. 46); João Félix (Marcos Llorente, min. 69) y Diego Costa.
Real Madrid, 0: Courtois; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Nacho; Casemiro, Kroos, Valverde (Modric, min. 67); Bale, Hazard (James Rodríguez, min. 76) y Benzema (Jovic, min. 88).
Árbitro: González González (C.Castellano-leonés). Amonestó con tarjeta amarilla a Thomas (min. 90+3) por parte del Atlético de Madrid; y a Nacho (min. 22) y Varane (min. 69) en el Real Madrid.
Estadio: Wanda Metropolitano, 62.032 espectadores.
Incidencias: En los prolegómenos del partido se le entregó al uruguayo Diego Forlán, delantero del Atlético de Madrid durante cuatro temporadas, una placa conmemorativa por su reciente retirada del fútbol en activo.