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Iker Casillas explica con detalles su enfrentamiento con José Mourinho: "Asumí que yo era el topo"

Casillas niega haber sido el topo y asegura que se arrepiente de no haber ido al despacho de Mourinho a hablar.

Casillas niega haber sido el topo y asegura que se arrepiente de no haber ido al despacho de Mourinho a hablar.
Iker Casillas también compareció junto a José Mourinho, quien llevaba dos meses y medio sin hablar en público. Concretamente desde el 27 de abril, cuando el Real Madrid perdió frente al Barcelona (0-2) en la ida de semifinales de la Liga de Campeones. Fue la famosa rueda de prensa del | Realmadrid.com

Movistar+ emitió el quinto capítulo de "Colgar las alas", el documental que repasa la trayectoria de Iker Casillas. En este se centra en su enfrentamiento con José Mourinho cuando el portugués era entrenador del Real Madrid. La etapa más complicada del portero español al que se le acusaba de filtrar información a la prensa. En otras palabras, de ser un topo. Una acusación que ayudó a que la afición blanca se dividiera aun más entre los que estaban a favor del capitán o los que apoyaban al entrenador. "¿Qué tengo que hacer, defenderme de algo que no es? Me tocó a mí algo que no hice. Me callé más y asumí que yo era el topo y el que hablaba con la prensa. Me callé mucho más de lo que tenía que haber dicho".

Según Iker Casillas, el distanciamiento entre los dos comenzó cuando "hay una huelga en agosto de 2011. Yo como capitán hablo con mis compañeros y decidimos que no vamos a jugar y que no se disputará esa primera jornada. Nos dijimos dos cosas que nos tomamos mal los dos, pero ahí se quedó. Luego llegó la Supercopa. La imagen que dimos fue lamentable. Podía haber batallas, luchas, partirte el alma… Pero otras cosas (el dedo en el ojo de Vilanova) eso yo lo veía en otros equipos más chabacanos, que tienen que hacer otro tipo de tretas, pero no para nosotros".

El siguiente episodio importante en esta relación que acabaría rompiéndose por completo se produciría en "un partido con el Levante, en el que nos distanciamos a varios puntos del Barcelona. Y ahí empezamos dejar de hablar. Un día en un cuarto solos él me empezó a decir que si podía hacer todo de cara a la galería para la gente. Yo le dije que tampoco me parece coherente que un profesional le metiese el dedo en el ojo a otro entrenador (Tito Vilanova). Alguien de prensa del club nos coge a los dos y nos dice que no tengamos tanto roce, que hablemos. Nos volvemos a sentar y nos decimos las cosas a la cara".

Fue en la temporada 2012-13 cuando todo estalla por completo según Iker: "nuestro desgaste fue el tercer año. Hasta el segundo era relación amor-odio. Me comentó que no me veía centrado, no me veía bien… Y yo pensé que podía ser verdad. Tenía otras cosas que también me preocupaban". Y llegó su famosa suplencia en Málaga: "llego de las Navidades y empieza el nuevo año. No sé, con un rollo que a mí no me gustaba. Ruedas de prensa que no daba, luego sale Álvaro (Arbeloa) hablando… Y unas semanas después me lesiono de la mano".

Con su lesión llegó el fichaje de Diego López y las ruedas de prensa de Mouirnho y Karanka criticando a Iker Casillas. "¿Qué hacemos? ¿Un circo? Lo que tenía que haber hecho es hablar con él en su despacho y de eso me arrepiento".

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