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El fútbol es de la gente, pero... ¡viva la Superliga!

Se siguen utilizando todos los medios posibles para criticar a la selección de Luis Enrique.

Se siguen utilizando todos los medios posibles para criticar a la selección de Luis Enrique.
Morata y Luis Enrique, siempre criticados. | EFE

Discursos bonitos. Palabras bellas. Defensa a ultranza de la afición. Da igual de qué equipo sean, porque son hinchas devotos que merecen respeto. Hay que tratar bien a los aficionados al fútbol porque de ellos depende el espectáculo. Son ellos los que cada fin de semana dan vida a este deporte yendo a ver sus respectivos equipos independientemente de si este apoyo llega desde la grada de El Alcoraz o desde algún anfiteatro del Camp Nou, Santiago Bernabéu o Wanda Metropolitano. Son esas personas las que se gastan su dinero en ver a los suyos en las buenas y en las malas. En todo eso, estoy de acuerdo al 100%. El fútbol es de la gente.

Todo lo dicho en el párrafo inicial no debería ser una novedad sino un mínimo. Debería ser una declaración de intenciones constante dentro de todos los gremios que rodean el mundo del fútbol. Desde el propio futbolista hasta el último periodista que vive de esto. Todo debería estar basado en el respeto hacia la gente que hace que el fútbol sea el deporte rey en nuestro país. Pero aquí hay un problema, al menos desde mi punto de vista. Este discurso me lo creo de mucha gente, pero no de todo el mundo.

El fútbol es de la gente, pero cuando a muchos les interesa que lo sea y, en este caso, es solo un simple excusa más para atacar a la España de Luis Enrique. De repente a mucha gente le importa la sensibilidad de la afición sevillana. Ahora, su sentimiento y sus ganas de fútbol son vitales para el ADN de este deporte. Ahora sí importan, pero cuando los hinchas de Sevilla y Betis se posicionaron en contra de la Superliga para proteger al fútbol español, ¿qué pasaba? Pues que ya no son tan importantes, porque en ese caso y en silencio deberían dar hasta las gracias a los "salvadores" del fútbol que venían en su ayuda. En España, tres héroes dando lecciones: Real Madrid, Barcelona y Atlético.

Por eso no me creo esta nueva defensa a ultranza por la "gente". Repito, me lo creo de muchas personas, pero no de todo el mundo, porque esto no tiene nada que ver con ese niño sevillano que ha ido con sus padres a ver a los jugadores de España. Esto es para darle palos a Morata. Esto no tiene nada que ver con ese señor mayor que quiere ver a los suyos a la salida de un hotel. Esto es para decir que Luis Enrique ha llenado de oscuridad el corazón de los jugadores. Porque, salvo que alguien me diga lo contrario, los cascos y los móviles no son un invento reciente. Esto que hacen los jugadores de fútbol de salir y no saludar lo llevan haciendo más de una década, salvo en contadas excepciones. ¿Cuál es la diferencia? Que cuando todo va bien da igual, y cuando todo va mal hay que seguir atizando. Si el jugador te cae bien, se pone música para estar concentrado y ser una bestia competitiva. Incluso si los cascos son de un color en concreto puede ser un guiño a cierto equipo. Eso sí, si el jugador te cae mal, se pone música para pasar del pueblo.

Si queremos respetar a los aficionados hay que hacerlo desde todos los sectores que rodean al mundo del fútbol. Me parece la misma falta de respeto que un jugador no salude a sus aficionados a que desde el periodismo, en el que mi incluyo, se venda durante 3 años que Mbappé, Neymar o Cavani están firmados ya por Real Madrid, Barcelona o Atlético de Madrid y que no lo estén. La desilusión de la afición, cuando eso pasa, es la misma que la que tiene un seguidor cuando no recibe un saludo de sus ídolos. Si somos respetuosos, lo somos todos y para todo. Si queremos defender a la gente, a partir de ahora cada vez que alguien no salude a su afición habrá que decirlo. Si queremos defender a la gente, gritemos día sí y día también que bajen el precio de las entradas. Si queremos respetar al pueblo, que no se hable todo el rato de los mismos equipos. Si queremos que la afición esté por encima de cualquier cosa, no hagamos burla a ciertos clubes cuando no son los que nos gustan a nosotros.

La verdad es que no salgo de mi asombro últimamente. Alucino. Soy el primero que entiende la crítica como un elemento de exigencia, pero no de demagogia. A cualquier persona con cierta edad a la que le cuentes que se está utilizando en 2021 la imagen de Luis Aragonés para hablar de un verdadero líder se muere de la risa. ¡Están usando a don Luis Aragonés! Al mismo que decapitaban antes de la Eurocopa de 2008 por ser un cabezón que no quería llevar a Raúl a la selección. ¡Le usan a él! A un Luis Aragonés que acaparó portadas en las que se decía que era un "chulo" y un "egoísta" que solo pensaba en tener razón antes que en ganar la Eurocopa que ganó. Y para rematarlo, una de las críticas a Luis Enrique llega por ¡Marcos Llorente! Que no pase desapercibido que todo el mundo quiere que Luis Enrique haga lo que hace Simeone con Marcos en el Atlético tras decir en su día que el Cholo iba a matar a Marcos, que le iba a hundir y que era un experimento de un entrenador acabado.

Vale todo contra España. Absolutamente de todo. No sé qué será lo próximo. Quizá Morata no le regale su camiseta a un seguidor que le llame "rata" o "paquete" durante 90 minutos y se le critique por ello. En fin, no sé lo que pasará el miércoles ante Eslovaquia, pero si la selección supera toda esta campaña en su contra y acaba firmando una buena Eurocopa, para mí, será un milagro. Saluden a la gente, señores. Pero siempre, no cuando les obliguen.

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