Los aficionados españoles (así como italianos y daneses) que quieran asistir en el estadio londinense de Wembley a las semifinales o la final de la Eurocopa deben cumplir una cuarentena de diez días a su llegada al Reino Unido, reducible a cinco con un test adicional, según ha confirmado este domingo el Gobierno británico.
De hecho, los hinchas, con o sin entrada para los partidos, que quisieran asistir al España-Italia del martes ya no llegan a tiempo de desplazarse en cumplimiento de la normativa contra la pandemia, pero quedaría la posibilidad de acudir a la final, programada para el 11 de julio.
El Ministerio de Deportes ha emitido este domingo un recordatorio sobre las reglas que deben cumplir los seguidores y subraya que negará la entrada al país de los sospechosos de querer saltarse la cuarentena, mientras que quienes la incumplan afrontan multas de hasta 10.000 libras (11.650 euros).
Tanto España (menos Baleares) como Dinamarca e Italia están en la lista ámbar de destinos internacionales del Ejecutivo de Londres, que requiere aportar un test negativo al entrar al Reino Unido y hacerse otros dos el segundo y octavo día de la cuarentena de diez días —que puede reducirse a cinco si obtienen otro PCR negativo el quinto día—. Antes de embarcar, los viajeros deben completar un formulario y reservar con antelación esos test de la covid.
El ministerio señala que los aficionados en posesión de una entrada que ya hayan cumplido su cuarentena deben tener en cuenta que el día de los partidos el transporte irá más lleno, por lo que recomienda salir con tiempo, y recuerda que, para entrar al estadio, deben contar también con un test de antígenos negativo realizado en las 48 horas anteriores a la apertura de las puertas.
Dentro de Wembley, será obligatorio el uso de mascarilla y la Federación de Fútbol inglesa realizará controles aleatorios entre los espectadores, indica el comunicado gubernamental.
Tanto las semifinales como la final se disputarán ante 60.000 aficionados, en su mayoría de las Islas Británicas y algunos VIP de la UEFA autorizados por el Ejecutivo de Boris Johnson, lo que supone un 75% de la capacidad total de Wembley y el mayor aforo en un evento deportivo desde el comienzo de la pandemia.