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Veinticinco años del España-Yugoslavia, el primer partido de Raúl y Guardiola juntos

Se cumple un cuarto de siglo del día en el que se juntaron por primera vez las dos estrellas de nuestro fútbol

Se cumple un cuarto de siglo del día en el que se juntaron por primera vez las dos estrellas de nuestro fútbol
Raúl y Guardiola coincidieron muy poco en la selección | Efe

Marcaron una época en el fútbol español. Cada uno en una posición determinada. Raúl González, delantero centro, listo, pillo, goleador nato. Pep Guardiola desde la sala de mandos de un Barcelona que enamoraba. Dos estilos diferentes, muy amigos fuera de la cancha. Guardiola debutó en 1992, Raúl en 1994, casi de la misma época y, sin embargo, en la selección nacional han coincidido 21 veces, sólo en cuatro partidos de fase final, la de la Eurocopa 2000. Algo que llama mucho la atención.

Esta semana se han cumplido veinticinco años de la primera vez que fueron compañeros en un campo de fútbol. Fue en Mestalla el 14 de diciembre de 1996 con motivo del España – Yugoslavia de clasificación para el Mundial de 1998, en Francia. Aquel partido marcaba el poder ser líder de grupo. La Yugoslavia de Mijatovic, Jugovic, Jokanovic, Djukic y Savicevic. Un equipo bien armado que jugaba bien al fútbol y que llegaba a Valencia con armas para hacer sudar a la selección española.

Javier Clemente había convocado por primera vez a Raúl apenas dos meses antes en octubre de 1996 y Guardiola había vuelto, tras el verano, a la selección después de no haber sido convocado sorpresivamente para la Eurocopa de Inglaterra en 1996. Clemente optó entonces por otros futbolistas pero volvió a llamar a Pep con motivo del inicio de la clasificación, en un partido en islas Feroe.

Aquella fria noche valenciana de diciembre se jugó el partido, una semana después de que el Madrid de Capello, con Raúl, Mijatovic y Suker en la delantera, se hubiera impuesto al Barcelona de Robson y hubieran marcado la primera gran diferencia de puntos ese año. Aquel día en Mestalla Pep y Raúl se entendieron con la mirada. Del de Sampedor es el primer gol, de penalti, en el partido y el pase magistral para el gol del delantero madridista. En una primera parte antológica España ganaba 2-0.

Siempre se procesaron admiración mutua y siempre fueron amigos lejos del campo abandonando la cruenta rivalidad deportiva que siempre tiene un jugador del Barcelona con un jugador del Real Madrid. Cuando Guardiola abandonó España rumbo a Italia (Brescia, Roma) recibió una llamada de Raúl, que le visitó varias veces en el pais transalpino. Cuando Pep fue entrenador del Bayern se comentó mucho que intentó convencer a Raúl para que fuera su segundo.

En la selección, sin embargo, no coincidieron mucho. Veintiun partidos es una cifra corta para lo que fueron realmente en su vida deportiva. Mucho tiene que ver con esto que Guardiola se perdió por lesión dos citas mundialistas seguidas. Ni en Francia 1998 ni en Corea 2002 fue convocado por problemas físicos. Camacho le esperó en el Mundial asiático hasta el final. De hecho el actual entrenador del Manchester City disputó el 14 de noviembre de 2001, en Huelva, su último partido internacional ante la México de Javier Aguirre. Después no volvió. La lesión que le lastró aquel año, en el que militaba ya en la Roma, no mejoró y el seleccionador le quiso citar en los dos amistosos antes del Mundial pero no pudo ser.

Si coincidieron en una fase final, la única, en el verano de 2000 en la Eurocopa de Bélgica y Paises Bajos. España perdió ante Noruega en el debut, ganó a Eslovenia y obró el milagro en aquel mítico partido, de nuevo, ante Yugoslavia, con los dos goles en tiempo de prolongación. En cuartos ante Francia se volvió para casa en un partido gris de Pep y en el que Raúl falló un penalti a dos minutos del final.

Coincidiendo en el tiempo, viviendo una rivalidad tremenda de puente aéreo nos quedamos sin verles más en el combinado nacional. Quien sabe si en aquel Mundial de Francia, con Pep muy maduro, nos hubiera ido mejor (España quedó eliminada en la fase de grupos). Quién sabe si esa conexión no hubiera sido letal. Desde luego parecía que cada vez que coincidían en el terreno de juego pasaban cosas. No en vano eran dos de los mejores futbolistas españoles de todos los tiempos.

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