Gareth Bale sigue enojando al madridismo. El delantero galés sólo ha jugado 77 minutos con la camiseta blanca en los últimos siete meses y el pasado domingo, en el Clásico frente al FC Barcelona en el Santiago Bernabéu (0-4), incluso se cayó a última hora de la convocatoria argumentando molestias en la espalda.
Sin embargo, apenas han pasado unas horas después de la derrota contra los azulgranas, y al delantero, de 32 años, se le ve sonriente y feliz mientras entrena con la selección de Gales, que este miércoles se enfrentará a Austria en el Cardiff City Stadium, en semifinales de la repesca europea de clasificación para el Mundial de Qatar.
Para echar más leña al fuego, Bale, que desde mediados de noviembre pasado sólo ha jugado dos partidos con el Madrid —titular contra el Villarreal en Liga y tres minutos en la ida de octavos de final de la Champions contra el PSG—, se ha despachado a gusto con unas declaraciones que van a traer cola y, sin lugar a dudas, van a caer como una bomba en la afición merengue.
"Es normal tener algunas molestias, pero estoy en muy buena forma. Estoy preparado para jugar lo que sea necesario", ha dicho Bale en la previa del duelo frente a los austriacos.
Al igual que Marcelo e Isco Alarcón, también el galés termina contrato con el Real Madrid el próximo 30 de junio. Salvo milagro que nadie espera, los tres abandonarán el club blanco este verano tras unas últimas temporadas en las que han pasado por el Bernabéu con más pena que gloria.
Precisamente, al ser preguntado sobre su futuro, Bale dice que todavía no ha "pensado en ello". "Sé que ponerte a pensar en el futuro te puede generar dudas, así que prefiero no pensar en ello. Lo que pase en el futuro, lo decidiré en el futuro", ha señalado.