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La leyenda de Sarnano: el partido de fútbol entre nazis y partisanos en Italia

El 1 de abril de 1944 tuvo lugar en la ciudad italiana un enfrentamiento entre soldados alemanes y ciudadanos locales…con un balón de por medio.

El 1 de abril de 1944 tuvo lugar en la ciudad italiana un enfrentamiento entre soldados alemanes y ciudadanos locales…con un balón de por medio.
| Wikimedia

El 1 de abril de 1944 se disputó el que, sin duda, habrá sido uno de los partidos de fútbol más inverosímiles de la historia. Un partido amistoso, aunque bien podría haber conllevado la muerte de varios de sus participantes. La historia es confusa, se entremezclan los detalles según la versión de quien lo cuente, pero lo cierto es que, como se atestigua en el documental La leggenda di Sarnano, de Umberto Nigri, el duelo entre soldados alemanes y partisanos italianos existió. Y quedó para la historia.

Todo tuvo lugar en Sarnano, una pequeña ciudad en la provincia italiana de Macerata. Allí vivía Mario Maurelli, por entonces un joven árbitro de fútbol, y quien llegaría a hacer carrera en la Serie A. Un día de marzo Maurelli se encontró con un soldado de la Wehrmacht en un comercio del municipio. Como era algo habitual dada la situación de la zona –eran muchos los soldados alemanes presentes, pues la ciudad formaba parte de la línea Gustav-, comenzaron una conversación.

En algún momento de la misma debieron hablar de fútbol, y Maurelli le dijo al soldado alemán que él era árbitro. Y así fue como se fraguó la opción de disputar un partido en Sarnano. El soldado alemán le pidió a su colega que reuniera jóvenes de la zona, aun sabiendo que muchos de ellos se escondían en las montañas, para disfrutar de un encuentro futbolístico. No le vendría mal a los alemanes un poco de distracción para levantar la moral de las tropas, en un momento de la guerra realmente complicado.

Maurelli se temió lo peor. No podía decirle que no. Pero sabía que eran muchos los partisanos que se escondían en las montañas, entre ellos su propio hermano, y de disputar el partido su vida podría correr peligro. El soldado alemán, consciente de ello, le prometió que no habría consecuencia ninguna para los partisanos. Se trataba tan solo de disfrutar de un rato de diversión entre tanto conflicto.

Para el árbitro no fue sencillo encontrar a once futbolistas disponibles. Sabían que, pese a la promesa alemana, podría ser peligroso. Pero lo logró. Parece ser que con la ayuda también del Comisario de Prefectura de Sarnano, que trasladó los planes a los partisanos. Entre los futbolistas que aceptaron se encontraba el hermano de Maurelli, Mimmo.

El partido de la muerte

Unos días después, el 1 de abril (también hay dudas sobre la fecha exacta del encuentro, aunque la mayoría de las versiones apuntan a esa fecha), se disputaría aquel encuentro entre fuerzas alemanas –entre los cuales había también algún italiano– y un equipo de locales, formado mayormente por partisanos. Tuvo lugar en el Campo della vittoria, muy cercano a la iglesia de Sarnano.

Se afirma en las crónicas que han revisado esta historia que el equipo de partisanos había decidido perder antes de comenzar el encuentro. Ganar era demasiado riesgo. Pero sea como fuere, en el descanso iban venciendo por 1 a 0. Grattini, de cabeza, había logrado el tanto.

En la segunda mitad, siempre según la mayoría de las versiones (hay que señalar que algunas apuntan a un resultado final de 3 a 3), los italianos hicieron todo lo posible para que el equipo alemán lograra empatar el partido. Algo que consiguieron a pocos minutos del final.

Ahora sí, Maurelli podía señalar el final del partido tranquilo. Con el empate, todos quedaban contentos.

Apuntan algunas versiones que nada más sonar el silbato, el equipo de partisanos desapareció del campo, huyendo de nuevo a las montañas. "Un minuto después sobre el rectángulo de juego sólo había alemanes", escribe por ejemplo Antonio Dipollina en La Reppublica en 2001.

Sin embargo, hay muchas dudas al respecto. Porque el objetivo del partido era el de otorgar cierta normalización entre ocupantes y población civil. Y sobre todo porque de haber querido los nazis aprovechar la situación para capturar a los partisanos sin duda lo hubieran hecho. Y el resultado hubiera sido muy diverso...

En cualquier caso, el partido existió y terminó de manera pacífica. De hecho, los alemanes abandonaron pocos días después la ciudad, mientras que los partisanos regresaron a las zonas montañosas. La guerra continuó durante varios meses, pero en otros frentes. En Sarnano quedó para siempre el recuerdo de aquel partido, aquel duelo entre dos rivales que hasta poco antes se estaban aniquilando. Una historia que se ha ido adornando con el paso de los años, pero que demostró, una vez más, que en ocasiones el fútbol está por encima de todo.

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