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50 años sin Samitier, la primera estrella mediática del fútbol español

El 4 de mayo de 1972 fallecía Josep 'Pepe' Samitier, quien llegaría a ser ídolo futbolístico de Barcelona y Real Madrid en los años 20 y 30.

El 4 de mayo de 1972 fallecía Josep 'Pepe' Samitier, quien llegaría a ser ídolo futbolístico de Barcelona y Real Madrid en los años 20 y 30.
Josep Samitier, en su etapa como jugador del Barcelona. | Página web oficial FCBarcelona

Decían de él que era una ‘langosta humana’, por sus acrobacias a la hora de rematar. Pero no fue esa su única virtud. Ni mucho menos. Josep Samitier i Vilalta (Barcelona, 2 de febrero de 1902) fue un futbolista total cuando aún no existía ese concepto. Estrella dentro y fuera de la cancha. Líder del primer gran Barcelona, en los años 20. Referente en un Real Madrid que comenzaba a acumular títulos. Icono en la primera selección española…

Fue en el Internacional de Sants donde comenzaría a dar sus primeros pasos. No tardaría en llamar la atención. A los 17 años el Fútbol Club Barcelona se haría con sus servicios. Entonces no existían las hoy tan cacareadas primas de fichaje, pero para su contratación el club azulgrana le regaló a Samitier un traje con chaleco y un reloj con esfera luminosa.

Comenzaba así la primera época dorada del Barcelona –y una de las más importantes de su historia- en la que Samitier era, junto a Ricardo Zamora y Paulino Alcántara, los grandes referentes.

Un año después, en 2020 y con 18 años recién cumplidos, se convertía también en el futbolista más joven en vestir la camiseta de la selección española, con la que disputaría los Juegos Olímpicos de Amberes 1920. Aquellos en los que España se hizo con la medalla de plata. Aquellos en los que nació la Furia Española.

Por aquel entonces Samitier aún se desempeñaba más como centrocampista, aunque no tardaría en pasar a jugar como delantero. Su técnica con el balón en los pies, su físico, su facilidad para regatear y su clarividencia a la hora de atacar le convertían en un futbolista más peligroso cuanto más cerca estuviera de la portería rival.

Por eso, de su primer apodo de "hombre langosta" pasaría a "El Mago", mucho más acorde a su calidad. Era capaz de hacer de todo sobre el terreno de juego. Algo así como lo que sería Mattias Sindelar en el Wunderteam austriaco de los años 30. Un estilo que Di Stéfano llevaría hasta la excelencia tres décadas más tarde.

El crecimiento del Barcelona

Como futbolista del Barcelona contribuyó enormemente al crecimiento del conjunto azulgrana. En las trece temporadas que disputó, entre 1919 y 1932, conquistaría la primera Liga del fútbol español que se disputó, en la temporada 1928-1929, así como cinco Campeonatos de España, lo que sería hoy la Copa del Rey, y que hasta la irrupción de la competición liguera era el título más importante.

Tanto es así que en 1922, ante el notable incremento en popularidad y seguimiento que estaba viviendo el equipo, se vieron obligados a cambiar de estadio para dar cabida a todos aquellos que deseaban ver al equipo. El Campo de la Calle Industria, con capacidad para 6000 espectadores, se había quedado pequeño, y en apenas unos meses se construyó Les Corts, que podía albergar hasta 60.000 aficionados.

Y Samitier era el líder de aquel histórico equipo. Evidentemente, había otros enormes futbolistas, como Paulino Alcántara –el máximo goleador de la historia del club hasta que le rebasara Messi-, o Ricardo Zamora, con quien Samitier coincidiría en futuros clubes. Pero Pepe era la gran estrella azulgrana. Ya no sólo por su fútbol; también por su carisma.

En una época en la que el fútbol era oficialmente amateur, aunque los futbolistas cobraban estupendas cifras bajo mano, Samitier recibía del Barcelona una importante suma de dinero mensual, además de un coche, un chalet en una zona noble de la Ciudad Condal, además de primas por partido, por goles, etc. Todo, por tener contento a su futbolista franquicia.

Con todo, se convirtió en todo un icono en la sociedad catalana y española de aquellos años 20. Su imagen impoluta, su simpatía y elocuencia, su cordialidad y educación… Con él, cuentan las crónicas de la época, comenzaron los discursos desde el balcón para celebrar los títulos: todos deseaban escucharle. Todos deseaban celebrar con él. Por eso, también fue el artífice de las primeras recepciones oficiales al FC Barcelona.

Incluso los grandes pintores catalanes de la época hacían cola para retratarle. Segrelles, Castanys, Opisso… Y las revistas le querían siempre en sus portadas. Con la imagen de Samitier sabían que las ventas se iban a disparar. Lo dicho, toda una estrella mediática…

Samitier terminaría su etapa en el Barcelona disputando un total de 454 partidos y 326 goles. Una cifra que le permite aún hoy ser el tercer máximo goleador en la historia del club –contando todo tipo de encuentros–, sólo por detrás de los mencionados Leo Messi (672) y Paulino Alcántara (395). Es, además, el primer en el ranking de goleadores azulgrana en la Copa del Rey, con 65 tantos.

Títulos en el Real Madrid

En enero de 1933 Samitier se cansó del Barcelona. De las promesas incumplidas. Del dinero que no llegaba. Y, ante la insistencia de Santiago Bernabéu, decidió marcharse al Real Madrid, entonces Madrid Fútbol Club. Conviene señalar que por aquel entonces la enemistad entre los clubes no era tan grande; una enemistad insalvable que comenzaría a fraguarse una década después. En el Madrid se reencontraría con su gran amigo Ricardo Zamora, que había realizado el mismo viaje dos años antes.

Samitier vistió un año y medio de blanco. Tiempo suficiente para conquistar una Liga y una Copa. No llegaría a desplegar el fútbol que le había encumbrado en Barcelona, aunque sin duda contribuyó a la consecución de dos títulos, cuando el Real Madrid no era la máquina de coleccionar campeonatos que conocemos hoy. De hecho, tardaría 20 años en volver a ganar una Liga.

Es por ello que, pese a su corto periplo, Samitier pasó a ser también un referente en la historia del Real Madrid. Especialmente por los dos goles que le marcó al Barcelona (2-1) en un partido que sirvió para sentenciar el título liguero de 1933.

En el primer once de España

Los números de Samitier con la selección española también están a la altura del futbolista. En total disputaría 21 partidos –una cifra nada desdeñable dada la época- en los que lograría anotar dos tantos.

Participó en tres ediciones de los Juegos Olímpicos –la competición por antonomasia del fútbol de selecciones en aquellos años 20-, destacando especialmente la primera de todas ellas, en Amberes 1920, en lo que suponía el debut de la selección española en el fútbol internacional. Samitier fue el futbolista más joven en el primer equipo titular de España.

Una edición, la de Amberes, en la que los hombres dirigidos por Paco Bru alcanzarían la medalla de plata, el mejor resultado hasta el oro de Barcelona 92. Samitier fue titular en el primer encuentro, ante Dinamarca, del que salió lesionado. No volvería a jugar hasta las semifinales y final de consolación, con la que se lograría la histórica presea, ante Suecia y Holanda respectivamente.

Repetiría en los JJOO de París de 1924, en los que España caería en la fase preliminar ante Italia, y en los de Amsterdam de 1928, en los que España volvería a quedar eliminada por Italia, esta vez en cuartos de final.

Poco después de su retirada en el Real Madrid en 1934 dirigió desde los banquillos durante un breve periodo de tiempo al Atlético de Madrid. Pero tras el inicio de la Guerra Civil, se marchó a Francia. Ahí volvió a calzarse las botas para jugar en el OGC Niza, donde volvería a coincidir con Ricardo Zamora.

Sería en ese equipo donde, en 1939, terminaría de manera definitiva su carrera futbolística. Aun retirado, Samitier seguía siendo un hombre famoso, al que todos querían. Protagonizó varios anuncios publicitarios, y participó en algunas películas futbolísticas, como Once pares de botas o Los ases buscan la paz.

Tras ser el entrenador del Niza, regresaría a España en 1944 para dirigir al Barcelona. Conquistaría la Liga de 1944, justo 15 años después del último título liguero azulgrana, aun con Samitier como futbolista.

Ya no saldría del club. En 1947 cambió el banquillo por el despacho, pasando a ser el secretario técnico del club. Entre sus hechos más destacados en el cargo, la contratación de Ladislao Kubala, todo un símbolo en la historia del club culé, y que Samitier cazó cuando estaba a punto de fichar por el Torino italiano.

Josep Samitier fallecería en Barcelona el 5 de mayo de 1972 a causa de un paro cardíaco. Su muerte fue llorada por barcelonistas y madridistas. Y por todos aquellos españoles que, como él, se enamoraron del fútbol en los años 20, cuando el deporte rey vivió su gran crecimiento en nuestro país. De la mano, sobre todo, de Samitier.

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